‘Arrugas’: la fuerza de un recuerdo frágil

Por los35milímetros

Arrugas una cinta que puede presumir de ser capaz de entretener, emocionar, divertir, inquietar y un montón de cosas más. Es un tebeo de Paco Roca que en 2008 recibió el Premio Nacional del Cómic, y cuyas viñetas cuentan con una sensibilidad y un humor insólitos la historia de un grupo de ancianos que hacen frente a la vejez recluidos en una residencia.

El cine puede ser muchas cosas: un vehículo para la evasión y el entretenimiento, una herramienta para acercarnos realidades desconocidas, un instrumento para descubrir e inmortalizar momentos de nuestra historia… El lenguaje cinematográfico ofrece múltiples recursos con los que construir relatos interesantes y emocionantes, cuando caen en buenas manos las películas pueden convertirse en obras de arte inmortales. Por todas estas razones el cine es algo necesario, algo que forma parte de nosotros y a lo que no podemos ni debemos renunciar. Esta idea la avalan muchísimos títulos que a lo largo de la historia han conseguido colarse en la piel de los espectadores, llegando a formar parte de su historia personal por una razón u otra.

Llevar al cine las vidas de Emilio, Miguel y compañía era una trabajo difícil y delicado; trasladar a la pantalla grande la verdad que el papel transmitía era una tarea cargada de responsabilidad. Visto el resultado final sólo queda felicitar a Ignacio Ferreras: en sus manos Arrugas adquiere una nueva dimensión. Es una gozada ver y escuchar a sus personajes, la película mantiene desde el principio un ritmo inmejorable, los momentos de emoción se construyen despacio y el sentido del humor y la falta de sentimentalismo ya presentes en el cómic consiguen en la cinta una conjunción perfecta. Arrugas es una película llena de cualidades, y su honestidad es una de ellas.

Desde el minuto uno se aprecia que la historia que se nos cuenta nace del respeto y el cariño a los personajes, resulta increíble lo mucho que nos transmiten, la empatía que despiertan en el espectador alcanza niveles poco usuales en el cine de animación.

Hay muchas razones para aplaudir Arrugas y hay motivos de sobra para recomendar a todo el mundo que vaya al cine cuanto antes y se deje llevar por su magia. Entre todos esos motivos y razones que convierten a la película en fundamental destaca el tema que trata y la sabiduría con la que lo hace. Es raro que un grupo de ancianos tome el protagonismo de una película de principio a fin, pero es más raro aún que el tratamiento que reciben sea tan natural, tan alejado de los tópicos y los lugares comunes. Arrugas habla de lo duro que puede ser envejecer, del drama del Alzheimer, de dejar atrás todo lo que ha dado sentido a tu vida, del poco respeto con el que nuestra sociedad trata a los mayores… temas duros y difíciles que no impiden que la esperanza y la ilusión se cuelen ofreciendo momentos deslumbrantes, cargados de verdad y de emoción.

Arrugas es una película humilde que nace del esfuerzo y el empeño personal de mucha gente, lo que cuenta y la forma en la que lo cuenta la convierten en importante y necesaria, y además ofrece 80 minutos de entretenimiento y emoción. No hay excusa para no disfrutar de esta cinta excepcional.

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