Liderazgo personal

Por Mònica Fusté

Una cosa es ser egoísta pensando en uno mismo con la intención de ser feliz y así poder hacer felices a los demás y otra muy distinta es ser egocéntrico. La persona egocéntrica solo piensa en sí misma y no le importan los demás. Sé egoísta: lo más importante eres tú.

En mis procesos de coaching, continuamente me encuentro con personas que están tan pendientes de complacer a los demás y se imponen tantas obligaciones, que se olvidan de sí mismas. Asumen una responsabilidad y un rol de salvador y protector que no les pertenece. Se preocupan más por el bienestar de sus hijos, pareja, compañeros de trabajo, padres, amigos, etc. que por el propio. Este comportamiento, en general, es más típico de las mujeres, aunque también hay muchos hombres en posiciones de liderazgo que les sucede lo mismo.

Hemos sido educados con la orden de: “No seas egoísta y complace a los demás”. Y esta orden que está en nuestro inconsciente nos ha hecho mucho daño. Cuando uno se olvida de perseguir los propios sueños, de prestar atención a sus necesidades y satisfacerlas, llega un momento en qué: o bien se deprime o vive frustrado e infeliz.

No podemos ayudar a los demás si no somos felices nosotros. Y no alcanzaremos la felicidad a menos que tengamos claro que nuestro bienestar y la relación con uno mismo es lo más importante del mundo (que no significa que sea lo único importante).

Cada personas es responsable de crear su propia vida (no la de los demás). Esta responsabilidad incluye el estar bien en todo momento para así poder crear un impacto positivo en el mundo. Si cada uno de nosotros nos enfocáramos en nuestra propia felicidad, el mundo sería muy diferente.

Date cuenta que poner la atención en los demás es una manera de evitar mirarse a uno mismo. Es una estrategia de la mente para continuar sufriendo.

©Melinda-Nagy-Fotolia.com
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Sacrificar sueños, deseos y necesidades por complacer a los demás es un gran error. Esto crea una “expectativa de recibir” que conlleva frustración. La mayoría nos imponemos obligaciones que nos pesan enormemente en relación a lo que “se supone que tengo que hacer” o “lo que es correcto”, etc.  Y haciendo esto estamos diciendo “sí” a los demás y “no” a nosotros mismos.

Di: ¡Basta ya! Libérate de este hábito que te quita todo tu poder. Empieza a escucharte más, sentir tus propias necesidades en cada momento, poner toda tu atención a tus sueños, ilusiones, deseos y céntrate en ser feliz de verdad. De esta forma, harás felices a los demás sin esfuerzo y la vida te compensará con el éxito.

¡Adelante con pasión!

“Lo que tengo que hacer es lo que me concierne, no lo que la gente cree”. Ralph Waldo Emerson

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