Leandro Taub: “La mente es nuestra principal herramienta”

Por Sónia Marquès Camps

Leandro Taub nos concedió esta entrevista con el mantra: darlo todo. Poniendo los cinco sentidos en cada palabra pronunciada explicando ideas centrales de su nuevo libro, “La mente oculta”. Una obra destinada a avanzar en el conocimiento de uno mismo, describiendo la mente, sus funciones, sus riesgos, sus virtudes, sus partes, sus modos de actuar…  Plenamente agradecido y satisfecho con la respuesta que ha tenido. Así le disfrutamos durante este rato de charla, aprovechando su gira de presentación por España.

“La mente es lo que es cuando está vacía de palabras. El corazón es lo que es cuando está lleno de amor. Si el corazón no siente, la mente cataloga. Si el corazón se abre al otro, se calla lo mente y aparece la compasión”. Es el texto dedicado de Alejandro Jodorowsky que encabeza “La mente oculta”, tercer libro de Leandro Taub, escritor argentino y conferenciante, por definir de alguna forma a este hombre polifacético, de mente inquieta, creativo, intuitivo, siempre aprendiz…

Tengo la sensación de que este libro compedia muchos años de aprendizaje.
Me gustaría creer que cada vez que escribo un nuevo libro o trabajo supera todo lo otro, lo cual querría decir que estoy mejorando, de lo contrario, me asustaría. El método que siempre utilizo es dar lo mejor de lo que tengo y agotar los recurso,s y hacerlo como si mi vida depende de este momento. Como en esta charla con vos.

“La mente es la herramienta fundamental, y con una mente educada podemos elegir objetivos, direcciones y organizar nuestro presente para avanzar”. Cito textualmente del libro:
“Una mente educada utiliza de forma consciente sus pensamientos, administra eficientemente su energía vital, educa al corazón, concentra los deseos, cuida al cuerpo, decide qué quiere hacer, hacia dónde quiere ir, elige una dirección y organiza los recursos que hay a su disposición en cada presente para avanzar. Una mente no educada hace de las adversidades desgracias, de los desafíos tragedias y conduce inevitablemente hacia el sufrimiento. La mente no educada o la mente descontrolada va a generar problemas, escarbar, repetir, limitarnos, malgastar su energía vital disponible, definirse por creencias, hacernos esclavos de ella, guardar ideas locas y conducirnos inevitablemente hacia el sufrimiento. Los eventos son los mismos y las posibilidades son las mismas, la diferencia de cómo vive cada uno la experiencia pasa de acuerdo a cómo lo toma mentalmente”.

Foto: Mani Gatto.
Foto: Mani Gatto.

Y más partes que nos han gustado:
“Una mente descontrolada intentará cambiar al otro; una mente que se entrena puede aprender de las diferencias, complementarse de los opuestos en vez de rivalizar con ellos, practicar la tolerancia, la aceptación, el perdón, la compasión, cuidar las palabras y los actos, revisar qué dice y qué mensajes lanza al mundo. Sabrá que no se puede cambiar a nadie y que lo mejor que puede hacer por el mundo es lo mejor que puede hacer por sí misma; que no se trata de demostrar, sino de trabajar consigo. Quien se conoce a sí mismo irradia su conocimiento en el mundo. Quien intenta cambiar al otro lucha contra el mundo. Si se atreven a cambiar, verán cómo cambia su mundo. Si se atreven a cambiar, cambiarán con el mundo. Háganse cargo de sí mismos, de lo que piensan, sienten, desean y necesitan. Vienen equipados con todas las herramientas necesarias para llevar una vida plena. El sufrimiento es opcional y dura el tiempo que lo mantengamos con nosotros. Puede pasar sin sentirse, puede detenerse y retenerse por el lapso en que lo sujetemos mentalmente. Si hay un sufrimiento, es útil darle la vuelta, observar la sombra y reconocer qué hay dentro de nosotros que está pidiendo ayuda, qué es aquel sufrimiento; por qué estamos sufriendo y qué oculta. Observar la oscuridad”.

Observar la oscuridad… “Lo que temes oculta aquello que deseas”, hemos leído en este libro.
Fíjate que este libro se llama la mente oculta, y no la mente. A través de la noche vemos mucho. Lo que ves, no eres tú, es algo que se está transformando. Todos los días vas cambiando.  Todo lo que vemos es el disfraz de todo lo oculto. Y todo lo oculto es lo que nos ayuda a hacer entender este disfraz. Por eso, trabajo lo visible pero en paralelo trabajo lo invisible. Cuanto más grande ves la luz más grande es la sombra que vas a hacer crecer tras tuyo. Hay que hacer un trabajo doble. Cuanto más trabajamos lo uno, más hay que trabajar lo otro para conocernos a nosotros mismos. Lo desconocido representa lo que crees que no eres. Por eso el ego le teme, porque le representa una idea de muerte del yo. Pero tu eres lo que crees ser y lo que crees no ser. Por eso ese temor es el mapa para expandirnos, para trabajar con nosotros mismos.
Si te muevo un poquito y te agarro, eso asusta un poco. Es como si moviera una jaula física y mental. Pero, por otro lado, es la bendición de poder salir de ella. Cada vez que se descoloca algo es una especie de locura. Cada vez que se te muere alguien querido, o se descoloca una pareja, cada vez que viene la vida a enseñarte esta cosa efímera asusta. Pero nosotros somos algo muy grande. Y somos esto que nos ocurre también. Y es lindo darle cariño o abrazarlo cuando ocurre.

Educar la mente implica un trabajo constante. 
La mente en el Tarot es representada con una espada. Es un pedazo de hierro bruto que hay que templar, forjar y afilar. La mente se trabaja así. Es descontrolada, pero hay que forjarla, templarla y afilarla para tener una gran mente. Desligarnos de los sentimientos, de las emociones, y vernos desde una visión general. Vienes de una esencia donde está todo. Pero nos acotamos para vivir esta experiencia definida, es un templo que es lindo pero a la vez es limitado. Podemos llegar a todo lo otro, porque venimos de todo.

¿Cómo dejamos de identificarnos con una emoción o estado de ánimo?
Cuando uno toma distancia todo se vuelve pequeño: los problemas, los objetos, las historias, las diferencias con los otros. Mirando desde esta perspectiva, los problemas dejan de serlo. Al tomar distancia y darle espacio a la mente, pierde importancia meterse en algo que no sea útil. Quien no toma distancia define a su ser esencial con la emoción efímera que está sintiendo, y la proyecta para toda la eternidad. Los grandes problemas, los límites y las solidificaciones suceden cuando nos identificamos rigurosamente con un estado temporal. Cuando tomamos distancia, nos alejamos de esta identificación. No nos separamos del mundo, sino de nuestro pequeño mundo. No nos separamos del otro, sino de lo que nos afecta en nosotros que vemos reflejado en el otro.

Lo que cuentas nos lleva a destacar este pasaje de tu libro:
“A veces nos olvidamos de nosotros mismos, creemos que cada emoción es eterna y actuamos de acuerdo con ella. Practicando la autoobservación se descubre el ser esencial y las capas de falsos yo. A través de la autoobservación pueden mantenerse vigilados y aprender de ustedes mismos. Observen qué hacen y cómo lo hacen, observen qué piensan y cómo lo piensan, observen qué dicen y cómo lo dicen. Pasarán a tener control de sí mismos. A través de la asutoobservación pueden descubrir y sorprenderse de que quizá no estén siendo quienes son: quizá no digan lo que quieren decir, quizá no hagan lo que quieren hacer, quizá no vivan como quieren vivir. Si se observan, quizá se den cuenta de que se están olvidando de ustedes mismos. Practicando la autoobservación se descubre al ser esencial y las capas de falsos yo”.

Verán que cuando están identificados con una emoción, creen que dura para siempre. Proyectan esta emoción para toda la vida. Si las emociones son las olas, la mente es el océano. Quizás venimos de lo infinito, quizás somos eternos, pero si crees que lo finito es lo infinito, si te defines por una emoción, estarás definiendo lo infinito por algo finito. Viene una emoción de tristeza y crees que es para toda la vida; terminas con tu pareja y crees que te vas a quedar solo para siempre, y te identificas por una emoción temporal y quizás tomas a partir de ahí una decisión trascendental (me voy a sucidar, piensas), por una cosa chiquitita. Si haces una autoobservación, si trabajas en reconocer tu carácter eterno y darte cuenta de que esto son vehículos temporales, puedes sentir cada una de las cosas que suceden, pero no te identificas con ello. Lo tomas, lo vives, lo sueltas; lo tomas, lo vives, lo sueltas.

¿Es más fácil de lo que creemos hacerlo algunas veces?
Y aprendes de que un instante de autoobservación es suficiente a veces para terminar con antidepresivos, terapias…
Si estás en un momento agitado, si te autoobservas en un momento emocionalmente inestable, verás que las emociones se acotan en el pecho, en la caja torácica. Cuando estás tranquilo, es la respiración del bebé durmiendo, la respiración abdominal. Baja la respiración del pecho a la panza y se tranquiliza todo. Una buena respiración cura. Nos trae al presente.

Lo pones todo cuando hablas. ¿Siempre trabajas con esta vocación de servicio; cuando escribes, cuando respondes a la gente en twitter, con el arcano del día y numerología en facebook?
Mi trabajo de vida no es el de escritor, ni el de actor, ni el de guionista, ni todo este show que hago de montajes de fotografías, que me sirven para divertirme y reírme hasta de mí mismo, que es algo que siempre tiene que estar, poner la risa por encima de todo. Soy más bien aprendiz, un buscador que trata responder preguntas esenciales, como quién soy yo, para qué estoy vivo, de qué se trata todo esto… Son preguntas grandes para intentar mejorar. Éste es mi trabajo. Después, voy entregando obra a partir de esto. Los libros son una. Las redes sociales son otra, respondiendo preguntas. Intento ayudar o dar herramientas. Pero no creo que nadie pueda curar a nadie. ¿Sabes por qué? Porque diga lo que diga los vehículos que estás utilizando los controlas tú. No puedo pensar por ti, no puedo hablar por ti, no puedo actuar por ti.
Además, creo que lo que hacemos por nosotros es lo que hacemos por el mundo. Lo que hacemos por el mundo es lo que hacemos por nosotros.

Foto: Mani Gatto.
Foto: Mani Gatto.

“Quien avanza entrenando su mente cuidará los pensamientos, las palabras y los actos”, dices.
“Si se atreven a trabajar la mente inestable, el intelecto, el subconsciente y entrenarse en sus modos de actuar, descubrirán que el mundo a través del cual experimentan la vida cambia, desparecen los trabajos inútiles, las relaciones inútiles, las falsas personalidad que construyeron sobre sus ser esencial, y comienza a salir a la luz lo que les pertenece.
No se trata de no desear, sino de canalizar el deseo y trabajar desde el motor del deseo mismo, para descubrir nuestro propósito, nuestro don, nuestro anhelo profundo alojando en lo hondo de nuestro inconsciente. Que corresponda lo que pensamos, con lo que decimos y con lo que hacemos. Al prestar atención para alinear estas tres cosas cada acción que realizamos será apoyada por las otras dos. Entonces, nos potenciaremos. Cada palabra, cada acto y cada pensamiento se hacen ley. Prestar atención a lo que hacemos, decimos y pensamos eliminará preocupaciones, estabilizará la mente, potenciará cada acto y economizará nuestra energía”.

¿Cuándo aprendiste lo esencial? La alegría de ser es distinta a la felicidad de obtener, de la que hablas en el libro, por ejemplo.
A la edad que dices: “Mamá, me voy a morir; todos nos vamos a morir”. Alrededor de los siete años nos damos cuenta de lo finito que es esta experiencia que estamos teniendo. Te sientes infinito, pero el vehículo que estás investigando no lo es. Y eso empuja a investigar, a querer saber.

Subrayamos ahora este párrafo importante del libro: 
“Al poner un velo sobre la muerte, vives como si la eternidad pudiera resolver lo que tú no resuelves. Te permites hacer cosas que no te gustan, por un anhelo a futuro, creyendo que la vida es eterna y que en algún momento cambiarás de actividad. Te permites estar con personas que no te hacen bien, por un anhelo a futuro, creyendo que luego se acomodará la situación. Te permites no perseguir tus sueños, creyendo que en algún momento futuro llegará tu posibilidad por arte de magia. Viviendo como si la eternidad resolviera lo que tú no resuelves, permites todo esto. Dejando de olvidarte de la muerte quizás dejes de olvidarte de ti mismo”.

La vida no se comporta como caminar, sino como nadar. Estoy aquí, quiero llegar ahí, pero el agua se me mueve, a veces tengo que ir para abajo. Cuando nadas cada uno de los momentos son impredecibles. Lo mejor que puedes hacer es estar muy presente y saber navegar.

¿Hacia dónde navegas ahora?
Siempre vuelvo al aprendiz. Sabiduría en hebreo quiere decir anulación. Sin autoanulación no hay aprendizaje posible. El sabio es el que anula. Es el más silencioso del ambiente. La humildad es lo que te permite oír. Es el que anula lo que sabe para dar espacio y que entre algo nuevo. Una vez hecho este libro, vuelvo a la humildad de un discípulo aprendiz. Sigo vivo, hay mucho trabajo por hacer. Y a seguir estudiando.

Muchas gracias, Leandro, y muchos nuevos proyectos. 

@soniamarcamps

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