Felicidad en la vida y en el trabajo desde el optimismo realista y proactivo

Reseña al libro Que tengas un gran día, de Juan Manuel Martín, para conseguir los objetivos en el trabajo y tener plenitud de vida, cuidando lo esencial, los pensamientos positivos y las buenas relaciones. ¡Para que cada día sea un gran día! E invita a pasar a la acción y al compromiso que lo haga posible.

Porque, este triple objetivo del logro profesional, el disfrute de tu trabajo y plenitud de vida empezaría por uno mismo. Lo deja claro el autor de este libro, Juan Manuel Martín, escritor, conferenciante y consultor de empresas, con la frase de Nietzsche que encabeza el libro: “La felicidad del hombre tiene por nombre yo quiero”. El autor nos propone en este manual escrito desde su experiencia, con un estilo ameno y sincero, “jugar al éxito de la transformación”, y que, paso a paso, disfrutando del camino, realicemos un proceso de desarrollo personal que conduzca a unas altas cuotas de satisfacción en la vida y en el trabajo.

“Las metas nos suelen dar felicidad cuando las conseguimos, sin embargo, los sueños nos dan felicidad a lo largo de todo el camino. Ésta es la razón por la que los soñadores suelen ser gente feliz. Un sueño sin acción no es un sueño, es una ensoñación”, dice el autor; al tiempo que nos invita a soñar y a comprometernos con nuestros sueños, convirtiéndolos en metas.

Antepone como primera clave para hacer de cada día un gran día una buena nutrición, la actividad física, el descanso y la relajación, que son principios generales de bienestar y salud. Lo primero y fundamental es que nos encontremos llenos de energía y de vitalidad, porque éste es, tal y como escribe, el requisito indispensable para que nuestras emociones sean más positivas, tener más fuerza y capacidad para conseguir nuestros propósitos; “y para que nuestro cerebro funcione a pleno rendimiento y nuestras capacidades se despliegan en toda su amplitud”.

Un gran día también tiene sus raíces en un pensamiento que lo haga posible. “Nuestro pensamiento crea nuestra realidad. Y nuestras creencias marcan los límites de nuestros logros”. Tener un pensamiento positivo y potenciador es la segunda clave que recoge el libro. Juan Manuel Martín nos propone hacernos conscientes de nuestro pensamiento y ejercer el poder de decidir qué y cómo vamos a pensar. “Sembrar semillas de pensamiento positivo y cultivar el pensamiento de lo que queremos experimentar en la vida”, dice.

“El pasado en el ser humano no es su destino”, escribe el autor, a lo que añade que tenemos la capacidad de transformarnos, de desarrollar nuevos hábitos de pensamiento, sentimiento y actitud. Y nos ha gustado especialmente su manera de entender el optimismo: “aquel que mira la realidad, se centra en los elementos favorables y busca materializar el futuro que desea desde la confianza en sí mismo y en que lo puede lograr. Éste es un optimismo proactivo, afirma.

La tercera clave es sentirse felices. Y destacamos también especialmente su definición del arte de la felicidad: “Adquirir la inteligencia que nos permita adoptar las actitudes y los hábitos de vida que nos ayudan a una vida feliz y dichosa y a enfrentar las dificultades de la mejor manera posible”. “Vivir felices, vivir contentos, es un arte que se puede aprender”.

La actitud, el pensamiento positivo y el optimismo, en su opinión, conducen al éxito en cualquier trabajo, porque ayudan a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, a descubrir oportunidades y lo positivo de las circunstancias y las personas. Y en el trabajo, un estado emocional positivo aumenta nuestros recursos intelectuales, señala.

También las relaciones positivas con los demás, que son la cuarta clave del libro, contribuyen al éxito profesional, si lo entendemos como: “mi éxito es el éxito de los demás”. En este sentido, destaca que en un reciente estudio hecho en España sobre la felicidad en el trabajo, los encuestados situaron las relaciones y el ambiente con los compañeros de trabajo como principal fuente de satisfacción laboral.

“Mantener relaciones positivas en nuestra vida es una de las mejores cosas que podemos hacer para que nuestros días sean grandes días. Y esto no es complicado si utilizamos los principios básicos de las relaciones positivas y tenemos el conocimiento de la naturaleza humana que nos permita comprender mejor a las personas y a nosotros mismos y manejar las situaciones con sabiduría”, escribe. El autor explica que, habitualmente, tendemos a confundir realidad con percepción, y que la realidad que cada persona vemos depende de factores como el pensamiento, el bagaje emocional y el punto de vista de cada uno. De ahí que aconseje ser conscientes de nuestras emociones del momento para no dejarnos arrastrar por ellas y podernos manejar con sabiduría.

La clave número cinco es utilizar el potencial creativo, muy centrada también aquí, en nuestra actividad laboral. La creatividad es parte de nuestra naturaleza y una capacidad que todos poseemos, dice, y hacer referencia a la frase de Linus Pauling: “El mejor camino para tener una buena idea consiste en tener un montón de ideas”. Juan Manuel Martín nos presenta también su método para ser creativos, basado en distintos pasos: definir el problema o reto, generar ideas, olvidar el asunto, evaluar y seleccionar una idea y poner la idea en acción.

La clave seis es activar las palancas de disfrute en el trabajo. Porque el trabajo, además de ser la actividad con la que nos ganamos la vida, es una fuente de bienestar psicológico y también de satisfacción y plenitud de vida, dice. “Las realidades de la vida son las que son. Y aunque es muy importante buscar por todos los medios la manera de hacer de nuestra pasión nuestra profesión, también los es hacer que nuestro trabajo sea una fuente de satisfacción y disfrute, independientemente de si hacemos o no lo que más nos apasiona”. “No siempre puedes elegir el trabajo que haces pero siempre puedes elegir cómo lo vas a hacer y con qué actitud”. Y nos propone tomar las riendas de la propia satisfacción y disfrute y no quedar al albur del tipo de trabajo que hacemos, de cómo funciona la organización para la que trabajamos o de lo que hacen otros.

Y hay una palanca de disfrute del trabajo fundamental, en su opinión, que es dotar al trabajo del propósito más elevado. El propósito humano y el sentido también son fuente de satisfacción y disfrute, “porque hacen el trabajo gratificante desde un nivel más interno y más profundo.”. Y aquí, el autor nos plantea una pregunta: “¿Cuál es el propósito y el sentido que tiene tu trabajo más allá de ti mismo? O mejor aún: ¿Cuál es el propósito y el sentido más elevado del que puedes dotar a tu trabajo?”.

El trabajo, en su opinión, puede y debe ser una vía de crecimiento y evolución. Cuando aplicamos nuestras habilidades y capacidades a retos adecuados a éstas, entramos en un estado mental placentero que él denomina fluidez. Y nos invita a aplicarnos retos adecuados y a utilizar las capacidades para lograr el resultado que nos hemos propuesto.

El autor pone especial énfasis también en el factor ilusión, que describe como un estado interior que podemos encender y alimentar para que esté presente en nuestra vida y en nuestro trabajo. “La clave está en mirar hacia el futuro e imaginar lo que nos gustaría ver hecho realidad”, dice. “¿Qué ilusión tienes en tu trabajo?; ¿dónde podrías encontrar ilusión en tu trabajo?; ¿qué realidad te gustaría ver materializada?…”. Preguntas por trabajar, y donde para él la clave es conectar cada día con la ilusión, traer a nuestra mente aquello que queremos ver materializado, visualizarlo, verlo hecho realidad, vernos en esa realidad y luego hacer cada día algo para avanzar en esa dirección. “No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer”. La frase de Goethe sirve al autor para poner énfasis en que debemos ser motor del cambio.

Y destacamos por último la idea del autor de que en “en el futuro que se está abriendo, la satisfacción, el disfrute y la plenitud en el trabajo y en la vida son y serán valores fundamentales”. Ya no se trata tanto de producir o de crear riqueza, sino de hacerlo al tiempo que se genera bienestar, expansión y plenitud para el espíritu humano, concluye.

@soniamarcamps

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