La intención en sanación

Por Salvador Casado

El crisol de toda época de ajustes puede animar a una revolución profesional en todos los ámbitos, que sirva de acicate para que devengamos en mejores personas.

Las disciplinas biomédicas han experimentado un notable avance en los últimos decenios de la mano de la mejora de la ciencia y la tecnología. Enormes esfuerzos e inversiones nos han provisto de fármacos mejorados, posibilidades quirúrgicas y reparadoras nunca vistas, medios diagnósticos de gran potencia y sofisticados cuidados. Los profesionales de la medicina deben acceder a los estudios con brillantes expedientes y desarrollar una labor de aprendizaje dura y exigente durante muchos años. En ese tiempo se les proveerá de conocimientos y tecnologías para llevar a cabo su misión. Jamás en la historia los custodios de la sanación han tenido en sus manos herramientas tan potentes.

Sin embargo, pertenezco a un grupo de médicos menos sofisticado. Acostumbrado a caminar cerca del paciente y sus familias, cerca de donde viven las personas, conocedor incluso del domicilio de las mismas. Somos médicos cuya mayor tecnología es la palabra, la escucha, la comunicación. Un colectivo algo relegado, que ejerce sus obligaciones en condiciones de saturación y con escasos medios. Los médicos de familia quizá tengamos menos glamour que otras especialidades pero nos enorgullece nuestro modo de ejercer la medicina centrado en el paciente.

Desde mi punto de vista me llama la atención una omisión en la cultura sanitaria, en los planes de estudio, en la práctica clínica. El olvido se llama la intención en sanación. Y tiene que ver con la visión, la misión y los valores pero los trasciende y mira más allá.

En todas las épocas, desde el chamán siberiano hasta el sanador tolteca, era imprescindible para el terapeuta tener una intención correcta que confiriera sentido a la técnica. Es cierto que  siempre se supone el bien del paciente, pero pasa como con el valor en el ejercito, hasta que no se demuestra no se puede dar fe.

Al igual que un maestro violonchelista, todo profesional debería trabajar hacía la virtud para emitir la música más delicada, para ser capaz de transmitir un mensaje más puro a los oyentes. Este principio básico puede corromperse por otros valores más espúreos como son el poder, el dinero  y la fama, eso ya lo conocen.

Prestar atención a la intención será un detalle necesario. Una costumbre sana que como lavarse las manos antes de las comidas nos proteja de contaminantes como la prisa o estar desafinados. Disponer una intención correcta en cada instante distingue el lienzo vital de un maestro del de un aprendiz. El pulso de la pincelada marca una diferencia.

www.doctorcasado.es

Comentarios

Miguel Blanco
Respuesta

Dr. Casado:
¿Podría explicar qué es la energía vital? ¿Se puede detectar con algún instrumento o aparato? ¿El Shen no tiene un soporte físico? ¿Son los médicos occidentales arrogantes? ¿Se debería quizá al éxito de la medicina occidental, frente a la falta de eficacia de la medicina china?
Un saludo

el emotional magazine
Respuesta

Gracias, Miguel, por tu comentario. Entiende, no obstante, que desde el Emotional magazine no podemos dar espacio a un debate en torno a los distintos tipos de medicina… Nuestra revista, si bien tiene un área de salud consciente, no está en este ámbito. Recibe un saludo cordial y gracias por seguirnos.

blanca puig
Respuesta

Gracias, Dr. por recordar cuán importante es el conocimiento y actualización de los profesionales de la salud. Asimismo, agradezco que repare en que es vital tratar al paciente como individuo pensante y sentimental y no sólo como conejillo de indias, es un todo y esperamos un trato agradable, aún y con mano dura sobre la manera de mejorar y sanar. De igual modo, habrá que tratar al doctor con respeto y siguiendo las indicaciones.

Responder a el emotional magazineCancelar respuesta

nombre*

Correo electrónico* (no publicado)

sitio web