Por Los 35 milímetros (Cristóbal Soage)

Tú y yo, película de Bernardo Bertolucci, es una historia pequeña y sencilla cuya fuerza recae en sus dos potentes protagonistas. La película es capaz de retratar el sufrimiento de dos hermanos y capturar con sensibilidad y acierto el camino que los lleva a descubrirse mutuamente y a fortalecer el vínculo que los une.
El pequeño espacio que es el sótano de su casa se convierte en un gran escenario en el que caben todas las emociones.

Lorenzo (Jacopo Olmo Antinori) tiene 14 años y está harto del mundo. Apenas cruza una palabra con nadie y solo parece disfrutar hablando en el hospital con su abuela y escuchando música a todo volumen en sus cascos. Sus padres están preocupados pero son incapaces de entenderlo. Al chaval no le interesa nada, no tiene amigos en clase y disfruta perturbando a su madre con sus pensamientos. En el colegio preparan un viaje a la nieve de una semana, y es entonces cuando encuentra la oportunidad perfecta para aislarse del mundo y encontrar tranquilidad. 

Con todo lo necesario para sobrevivir sin ayuda de nadie, Lorenzo engaña a su familia haciéndoles creer que se unirá a sus compañeros en la excursión. En realidad, el chico se encierra en el sótano del edificio en el que vive. Allí se dedica a no hacer nada, a desaparecer y a disfrutar de la absoluta soledad. Pero lo que iban a ser unos días de aislamiento y total desconexión acaban por convertirse en una de las experiencias más emocionalmente intensas de su vida. La culpa del cambio de rumbo de la situación es de Olivia (Tea Falco), la hermana desaparecida de Lorenzo, que entra como un torbellino en su refugio y lo pone todo patas arriba.

La relación entre los dos hermanos es casi inexistente, son hijos de madres diferentes y hace muchos años que no se encuentran. De esta forma son prácticamente unos desconocidos el uno para el otro y la situación les obliga a adaptarse para que todo salga lo mejor posible. Pero las cosas no son fáciles, Olivia es una yonki en pleno mono y Lorenzo no sabe cómo ayudarla durante el proceso. La situación es límite para los dos, y las recriminaciones y los reproches no tardan en aparecer. La convivencia se convierte en una prueba de fuego durante la que afloran sentimientos insospechados y verdades familiares desconocidas.

Esto es lo que cuenta Tú y yo, una historia pequeña y sencilla cuya fuerza recae en sus dos potentes protagonistas. La película es capaz de retratar el sufrimiento de los dos hermanos y capturar con sensibilidad y acierto el camino que los lleva a descubrirse mutuamente y a fortalecer el vínculo que los une. Al mismo tiempo, consigue que entendamos  las motivaciones de los dos protagonistas, nos hace partícipes de sus inquietudes y sus miedos. En un pequeño espacio se convierte en un gran escenario en el que caben todas las emociones, un pequeño universo que encierra todas las esencias que dan forma al drama que presenciamos. Un drama duro y real, pero en ningún momento tremendista o sensiblero, otro acierto. Y el responsable de esta suma de aciertos no es otro que Bernardo Bertolucci, un nombre mayúsculo que ha firmado obras maestras y grandes producciones que le convierten en una leyenda del cine europeo.

Para su regreso, largamente esperado, ha optado por ofrecer una obra pequeña en la que su genio como orquestador de grandes escenas no tiene lugar, pero en el que si demuestra que su talento para retratar a personajes complejos y profundos permanece intacto. Tú y yo es el trabajo de un maestro que lo ha demostrado todo y cuyo amor por el oficio permanece inalterado.

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Un poco de banda sonora de la película: “Ragazzo solo, ragazza sola”