Neuroeducación y su palabra clave: la emoción

Por Sónia Marquès Camps

En el Aquí y ahora nos detenemos para hablar del mundo de la enseñanza y el aprendizaje a través de lo que aporta la Neuroeducación, y a partir del libro que lleva este mismo título de Francisco Mora Teruel, doctor en Medicina, doctor en Neurociencias y catedrático de Fisiología Humana. Un libro que nos permitimos reseñar casi en exclusiva con las grandes citas textuales de este reconocido profesor en el campo de la neurobiología.

El libro parte de la nueva cultura basada en el cerebro, la neurocultura, que plantea una reevaluación de cómo nos concebimos a nosotros mismos. La neuroeducación, por su parte, permitiría conocer qué elementos y estímulos del medio ambiente son los más relevantes para una mejor educación y enseñanza en la infancia y adolescencia.

Aquí, emocionar es la palabra clave. Por aquello de que sin emoción o motivación no hay aprendizaje. “Motivar tiene mucho que ver con que te guste lo que enseñas, por lo que la emoción, tanto para el que aprende como para el que enseña, es la base”, afirma Mora Teruel. “Emoción es el medio de comunicación más poderoso que existe”. Y lo subrayamos junto a esta gran idea de que “solo se puede enseñar desde la alegría”. Es lo que anticipa el título completo de este libro: Neuroeducación. Solo se puede aprender aquello que se ama.

¿Qué aporta la neurociencia al mundo del aprendizaje, por la que muchos profesionales de la enseñanza empiezan a mostrar tanto interés? La neurociencia -y son frases textuales del libro- comienza a aclarar los ingredientes neuronales de lo que conocemos como emoción, curiosidad, atención, conciencia, aprendizaje, memoria o consolidación de la memoria. Neuroeducación -explica- es tomar ventaja de los conocimientos sobre cómo funciona el cerebro integrados con la psicología, la sociología y la medicina. El libro es una aproximación a la enseñanza que ayude a potenciar y mejorar habilidades y talentos, o a detectar déficits en los niños a pie de aula que incapacitan o reducen su capacidad para leer, escribir, etc.

Aprender y sus mecanismo son la esencia de todo este libro, dice Mora Teruel; porque es a través del aprendizaje que el ser humano cambia constantemente en su conducta y pensamiento como consecuencia de cambiar su propio cerebro. El cerebro es plástico. Los dos hemisferios, izquierdo y derecho, trabajan juntos y en conjunción, intercambiando información continuamente. Y es importante, afirma, conocer los mecanismos por los cuales opera el cerebro emocional y cómo procesa y codifica la carga genética, la ambiental, biológica, la educación y cultura.

La elaboración de las emociones corresponde a otro cerebro dentro del cerebro, que se conoce como sistema límbico o emocional. La emoción en neuroeducación es el sustrato y componente de los procesos cognitivos. La emoción es energía codificada en la actividad de ciertos circuitos del cerebro nos mantiene vivos. Emoción indica movimiento, interacción con el mundo. “Cognición-emoción es un binomio indisoluble; no hay razón sin emoción”. Un niño, explica en el libro, no comienza a aprender con ideas y con abstractos, sino con percepciones, emociones, sensaciones. El mundo es lo que primero enseña al niño; el movimiento, todo lo que hay en él, detalla el autor.

Aprender es en esencia ser capaz de sobrevivir, y el ser humano es lo que la educación hace de él. “El futuro depende de la educación, y cuanta más inversión se haga en la educación en los años tempranos mayor será el retorno en beneficio a la sociedad”, sentencia Francisco Mora Teruel. Y añade que aprender en la escuela es como adquirir una fluidez en la cadena de pensamiento y emociones que nos conducen a la toma final de una decisión social.

Descubrir los orígenes de las diferencias individuales en este terreno de la emoción, la empatía y la compasión es un tema central en la neurociencia que estudia el desarrollo social cognitivo de los seres humanos y su implicación para el aprendizaje y la enseñanza. La empatía, el acercamiento emocional, es la puerta que abre el conocimiento y con él la construcción de un buen ser humano. Más frases textuales del autor que destacamos.

“La emoción, los sentimientos, sus mecanismos cerebrales y su expresión en la conducta siguen siendo el pilar esencial que debemos conocer para construir un edificio sólido en la enseñanza”. Un medio ambiente estable y protector construye en el cerebro infantil los pilares sólidos para una enseñanza efectiva. Hay déficit de la conducta de algunos niños pequeños que pueden ser rectificados con tractamientos conductuales detectados a tiempo, explica Mora Teruel.

El libro se detiene en un apartado en el análisis de algunos “neuromitos”, es decir, hechos no reales nacidos de la interpretación de datos científicos por personas con escasos conocimientos sobre la materia. De ahí posiblemente que también se recoja la necesidad, dado el interés creciente de los profesionales de la enseñanza por la neurociencia o la neuroeducación, de la figura de neuroeducadores, es decir, asesores con compentencia en la materia que actúen de puente entre la neurociencia y los profesores, para que puedan aplicarse sus conocimientos correctamente en el mundo de la enseñanza.

Reservamos para el final la fantástica descripción que hace Francisco Mora en este libro de los profesores extraordinarios; aquellos que poseen una comprensión intuitiva del aprendizaje humano. Los profesores extraordinarios, dice, conocen en profundidad la materia que enseñan. Abordan sus explicaciones desde visiones diferentes. Tratan de involucrar emocionalmente a los estudiantes, les hacen participar activamente. Hacen ver a sus estudiantes que parte de su éxito como profesor está en el propio éxito del estudiante. Los grandes profesores hablan abiertamente del sentido de la vida, de la cultura que nos cubre y protege; del respeto y el alcance de todo lo que nos rodea…

Profesores extraordinarios, como en este gran libro sobre neuroeducación que lleva implícito el componente emocional o pasional de su autor por la materia que aborda y el enorme deseo de comunicar, de hacernos partícipes de su conocimiento. Las emociones, profesor Francisco Mora Teruel, es verdad como usted dice que se contagian. Y enseñan. Muchas gracias.

Entrevista a Francisco Mora Teruel en el Emotional magazine

@soniamarcamps

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