Magdalena Moll: “De todo lo vivo sale una escritura magnífica en los niños”

Por Sonia Marquès Camps

Magdalena Moll, maestra de primero de Primaria (antes, E.G.B.) durante  41 años y recientemente jubilada; la experiencia de toda una vida profesional dedicada a enseñar a leer, a escribir y a contar. Hemos querido recoger una parte de ella en esta entrevista.

Nos llamó la atención su ojo clínico con los niños, adquirido, seguramente, por los años de experiencia y por su capacidad de empatía. Por su interés por lo psicológico, que le permitía captar a sus alumnos de una forma global, humana. Desde jovencísima, con 21 años, nada más terminar los estudios, fue maestra en el Colegio Santa Anna de Barcelona. Cuatro décadas en el mismo centro, y prácticamente, siempre con niños de seis años.  “Puede parecer aburrido, pero no lo fue”, sonríe. Y lo relata.

¿Cómo eran los niños de hace 40 años en comparación con los de ahora?
Eran más tranquilos; más serenos. Era muy fácil dominar una clase y que se instalara un clima de paz en el aula. Y con los años, estos niños han ido teniendo cada vez más inquietud, más desasosiego. Creo que es natural, por varios motivos. Las madres de los niños de aquella primera época no trabajaban, podían ir a buscar a los niños y vivían más relajadas. Poco a poco, fue cambiando el modelo y entró el de la mujer que trabajaba. Otra cosa que ha creado intranquilidad en los niños ha sido la tecnología; ordenador, maquinitas, teléfono. No utilizarla correctamente, claro. El problema surge cuando estos niños se comunican de cada vez menos con sus padres.

¿Crees que los padres cuestionan más la opinión de un profesor ahora o que antes era más respetada la figura del maestro?
Antes, la figura de un profesor era muy respetada. Ahora ya no tanto, es verdad. Me he encontrado casos de padres que insultan al profesor delante del niño.

¿Hay demasiada sobreprotección?
Más que sobreprotección, lo que creo que ocurre, en general, es que se habla muy poco en casa. Hoy, muchos niños están ‘colgados’, por decirlo de alguna forma; no se les escucha demasiado. La hora de la cena debería ser una hora de conversación, de encuentro, de cómo ha ido el día, donde uno explica una cosa, otro contesta, etc. Puede que, a veces, no prestarles demasiada atención genere sentimiento de culpa, y esto lleva después a ser demasiado permisivos.  

¿Es importante que los niños se sientan integrados?
Claro. Y les va muy bien estar presentes en conversaciones de mayores, en los encuentros entre familiares y amigos de los padres. Muchas veces, se les aparta de este tipo de charlas, y son importantes para el desarrollo de la mente del niño. Sentirse integrados o parte del núcleo es sumamente gratificante. 

¿Antes, no se hablaba tanto de inteligencia emocional y del papel de las emociones en la educación, verdad?
Así es, pero el cambio en el campo emocional no ha sido en mi opinión suficientemente importante en este país. Para mí, el buen maestro lo ha sido siempre. A pesar de que no tenga formación en psicología, el buen maestro es el que humanamente es buena persona, el que ayuda al niño, conecta con él, le ayuda a crecer y establece un buen vínculo, en definitiva. El paradigma es el profesor del escritor Albert Camus. Aquel niño sin padre que fue protegido, encauzado por un profesor que creyó en su talento y le ayudó a tirar adelante. Y salió un Premio Nobel. Está demostrado que el buen comportamiento y el rendimiento del niño en el aula tiene mucho que ver con la relación personal que mantiene con el maestro. Estoy convencida de ello, porque, además, lo he comprobado. Cuando ves a un niño con un determinado comportamiento, y le dices “¿no ves que con este mal comportamiento, por mucho  que tengas motivo para ello, te perjudicas a ti y deberías cambiarlo?, este niño trabaja y mejora personalmente.

¿Hablabas de esta forma tan clara a los niños?
Claro que sí, y te puedo explicar muchos casos de alumnos que hicieron cambios de actitud espectaculares. Había un niño que tartamudeaba, y quise ir al fondo del problema. Era falta de seguridad. Le dije: “pronto dejarás de hacerlo”. Tenía que creer más en sí mismo. Y mejoró. Y también recuerdo el caso de un niño que nada más llegar a clase se tiraba al suelo para llamar la atención. Seguramente, porque en su casa no le dedicaban el tiempo que necesitaba. Mi intención no era resolver el problema con sus padres, pero sí cambiar su comportamiento en clase.  Le dije: “¿Por qué te tiras al suelo?; ¿estás contento con esta actitud? Y contestó: “No, no estoy contento”. Entonces, añadí: “¿por qué te haces daño a ti mismo y qué tendrías que hacer ahora?”. Y contestó: “Ir a trabajar”. Aquel chico hizo un curso bastante bueno, finalmente.

Solo se puede educar desde la alegría, desde la emoción, dice el experto en neuroeducación Francisco Mora Teruel.
El niño se acoge a cualquier asignatura explicada con entusiasmo. El proceso de escritura, aprender a escribir, y a leer, que he vivido tanto, es motivo de felicidad en un niño. Y la manifiesta abiertamente conforme va descubriendo los símbolos que representan los sonidos. Al niño le interesa todo lo que es conocimiento, sobre todo, cuando el maestro lo explica con entusiasmo.

Un profesor, ¿cómo combate la monotonía en el aula?
Yo iba variando siempre los temas. Hay cosas que no puedes modificar, porque para el correcto aprendizaje de la ortografía, para aprender a escribir y a redactar, por ejemplo, hay un camino muy específico que no puede variar demasiado. Con las ciencias, sí tenía más margen para ello. Enseñaba muchas veces a partir de cosas vivas. De unos pollitos en clase [antes se podía; ahora, ya no] a los que hay que dar de comer y cuidar salen unas historias estupendas. De lo vivido salen unos temas de escritura magníficos y unas poesías preciosas. Todo lo que es vivido entusiasma; un paisaje, dibujar unos árboles que han visto… Y en cuanto a la monotonía, creo que cuando un maestro ama lo que hace no se aburre nunca.

Y tú amabas tu trabajo.
Lo que más me gustó de mi profesión fue educar. Contribuir a que los niños se hagan personas, que piensen, que reflexionen, que no se hagan daño a sí mismos, que tengan autoestima.

Esto eran conceptos de inteligencia emocional que entonces tú ya aplicabas.
Por mi forma de ser, iba por este camino. Había trabajado mucho el conócete a ti mismo. Cuando haces una introspección y miras hacia dentro, y llegas a un conocimiento muy grande de ti mismo, como nos somos muy distintos unos de otros, esto te permite un conocimiento de los humanos en general. Y el conocerte a ti mismo, además, te permite mayor autoestima; cuanto más te conoces, más te quieres.

¿Querías mucho a los alumnos?
Se crearon unos vínculos muy bonitos que perduraron con los años. Recuerdo un chaval que siempre pasaba a saludarme por clase. Me dijo, “es que cuando yo lo necesitaba tú me ayudaste mucho”.

¡Vaya recompensa!
Impagable. No obstante, también he tenido algún fracaso a lo largo de estos años.

¿Algo que tendría que cambiar en el sistema educativo?
Echo en falta en la educación que los tutores no ejerzan muchas veces este papel tal y como debería de ser. El tutor es el responsable de que el grupo funcione bien y de que todas las personas que lo integran se encuentren bien en él. El tutor debería velar por la armonía del aula. Quizás, debería haber una figura por encima del profesor en los centros, alguien más especializado en psicología y con mucha preparación en este campo, y que con mucha mano izquierda, mucha humanidad, porque cada maestro suele ser un pequeño rey en su clase, pudiera hacer seminarios sobre cómo se tiene que tratar a los niños a una determinada edad y sobre cualquier tema. Y esto tendría que ser tan importante como preparar la asignatura de matemáticas, creo. Porque, ¿sabes la de gente jovencísima que se lo pasa mal en clase cuando sus compañeros le hacen la vida imposible? Si un colegio quiere conseguir que sus alumnos tengan buenas notas, ésta es una vía, porque si hay una cosa clara es que un niño que sufre no puede rendir. 

Muchas gracias, Magdalena.

 @soniamarcamps

Comentarios

Marisé
Respuesta

Molt bé, Magdalena! I està molt guapa a sa foto!!!!

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