“No podemos curar a todo el mundo, pero podemos cuidar a todo el mundo”

Por Sonia Marquès Camps

Entrevista a Gabi Heras, creador del Proyecto HU-CI, Humanización de los cuidados intensivos, que tiene el objetivo claro de volver a la atención sanitaria centrada en el ser humano.

El Proyecto HU-CI es un foro y punto de encuentro entre pacientes, familiares y profesionales de la medicina y enfermería intensiva para mejorar desde el punto de vista humano el cuidado asistencial en esta área.

Hoy cuenta ya con un equipo de 22 personas dedicadas a la investigación, formación y docencia; inspira y contagia a sanitarios de otras áreas o especialidades y se va haciendo eco cada vez más en la sociedad. Quizás, porque, al final, todos somos pacientes y todos acabamos agradeciendo un trato asistencial de calidad que cuide también aspectos emocionales.

Gabi Heras se dió cuenta de la UCI que era lo suyo recorriendo hospitales de Bolivia en su último año de carrera a través de una beca de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Allí dice que había pocos medios; los pacientes estaban malísimos e inframonitorizados… Se ‘enganchó’ a estos cuidados y estuvo a punto de quedarse. Pero volvió a España y terminó su carrera en medicina, sabiendo que su especialidad profesional seguramente iría por aquí.

¿Desde tu experiencia como médico intensivista, cuál es tu visión de la UCI en nuestro país?
Nueve de cada diez pacientes de la UCI sobreviven. Comparado con otros países del mundo, las cifras de mortalidad son muy bajas en esta área. El desarrollo tecnológico es brutal, hacemos una medicina muy buena, pero no es suficiente. Además, hay que tratar mejor a las personas y volver a ponerlas, estén enfermas o no, en el centro del sistema.

La recompensa como médico en esta área, cuando salvas una vida, debe ser enorme.
En la UCI vives muchas situaciones de mucho estrés; tienes que estar muy centrado y enfocado en lo que estás haciendo. A veces, hay que hacer las cosas tan rápido que no puedes casi ni pensarlas, y si tú te derrumbas en aquellos momentos, se derrumba el paciente…

Cada vez hay más profesionales de la salud que se contagian de este movimiento a favor de mejorar el trato humano en la sanidad.
Algunos profesionales te dicen: “¿Qué pasa; que no somos humanos?”. Claro que somos humanos… Pero si somos autocríticos desde nuestra profesión podemos hacer las cosas mejor. Hoy, el 90 por ciento de la gente es sensible a esta humanización de la sanidad. A los profesionales de la salud les invitamos a pensar: “¿Qué puedo hacer yo para mejorar el sistema?”. Pero no para cambiar directamente el sistema, sino mi entorno de trabajo con los pacientes, mi día a día con mis compañeros. Y estos pequeños cambios generan cambio, es un movimiento que genera movimiento, una espiral de emociones positivas.

 

<span style="color: #000000;">Gabi Heras escribe a diario a favor de esta medicina de trato más humanizado en su blog <a href="http://www.humanizandoloscuidadosintensivos.com/" target="_blank">http://www.humanizandoloscuidadosintensivos.com</a> y forma ya en distintas áreas y especialidades de la medicina.</span>
Gabi Heras escribe a diario a favor de esta medicina de trato más humanizado en su blog http://www.humanizandoloscuidadosintensivos.com y forma ya en distintas áreas y especialidades de la medicina.

 

¿Qué actuaciones vuestras destacarías en la UCI?
Nos preocupamos de cómo están los profesionales de la salud, porque sabemos que si no cuidamos al cuidador el sistema se va a pique. Y por primera vez, alguien se pone a escuchar a las familias, porque las salas de espera están llenas de amor hacia las personas ingresadas, y nosotros decimos que este amor que cura tiene que estar dentro, en la UCI, alargando el tiempo de visitas, por ejemplo.

Otro cambio y una forma además de generar conciencia es escuchar a los pacientes. Estamos inmersos en nuestro día a día, y muchas cosas de cómo viven los pacientes los procesos hospitalarios nos pasan desapercibida. Somos expertos en UCI, pero a lo mejor nunca hemos estado en una cama en cuidados intensivos. Por eso, normalmente, los principales generadores de cambio son los propios profesionales que sí han vivido esto como pacientes y después cuentan la experiencia a sus compañeros. Y a lo mejor te dicen: “¿Te acuerdas de que por la noche nos poníamos a hablar delante del paciente…? Pues, cuando estás ahí tumbado ‘te da por saco’ que se pongan a hablar de fútbol”.

Evitar el ruido nocturno en un hospital o en la UCI…
Sí, aumentar el bienestar, porque el paciente está está rodeado de cables, aparatos y alarmas, además del ruido de otros pacientes que a veces gritan de dolor…

¿Es importante empatizar con el sufrimiento de un paciente?
En las charlas que doy, cada vez me llevo más conmigo a pacientes, porque no es lo mismo que yo hable de un trasplante que que te lo cuente alguien desde su experiencia de trasplantado. Y es una manera de llegar a entender bien este sufrimiento.

Como dicen en paliativos, creo que es verdad que cuando uno se acerca al sufrimiento de las personas esto tiene premio. Cuando te pones en la piel de un paciente, sufres, claro, se te remueven cosas. Históricamente, ha funcionado el que a mí no me afecte, porque parece que es como un bombero, que si se acerca corre el riesgo de quemarse. Pero, ¿qué pasa si como médicos nos acercamos al sufrimiento del paciente? ¿Qué hay de malo en que te afecte o en profundizar en este sentimiento?

Este trabajo, normalmente, es vocacional, si no, creo que no hay quien lo aguante. Acercarte al sufrimiento me llena de energía, me conecta con mi parte más importante como persona y como profesional de la salud. Y cuando uno está conectado con su vocación, es más eficaz, más eficiente, hace mejor su trabajo y es más feliz haciéndolo. Mejora, en definitiva, el trato con el paciente, que percibe que eres más empático con él, y mejora el trato con la familia del paciente. Desde este acercamiento es todo mejor.

¿Se le pregunta al paciente si tiene miedo? ¿Sería bueno preguntárselo y saber cuál es su nivel de angustia?
No se hace; normalmente, no se habla de ello. El miedo, pero el de todos los implicados en el proceso de curación, es invisible… El miedo del paciente, el del médico… Partimos de que parece que tú como médico no puedes fallar y de que no puedes tener este miedo. Porque, claro, si me equivoco, igual el paciente fallece. Pero resulta que el paciente a veces se muere porque se tiene que morir. No podemos curar a todo el mundo, pero podemos cuidar a todo el mundo.

Y cuidar el lado emocional del paciente.
El factor emocional no se mide; no hay monitores para medir esto. Todo lo emocional, normalmente, queda oculto.

Cuando un paciente de la UCI te mira con su nivel de angustia, de miedo, de sufrimiento, con sus ganas de vivir, tú puedes contestarle desde este silencio, con una mirada, con un gesto. Hay pacientes con los que nos comunicamos así, con la mirada. Pero, muchas veces, hay que quererse comunicar con la gente. Porque vamos tan rápido y tenemos tanta prisa asistencial, que aunque nos gustaría dedicarle más tiempo a la gente, no lo hacemos. Y fallamos. Pero yo ya me he dado cuenta de esto, y con cada paciente estoy todo el tiempo que tengo que estar.

No te imaginas lo beneficioso que es sacar a pasear a un paciente de la UCI en el momento que ya está estable. Bajamos a hacerle pruebas a escáner, pero no le sacamos de paseo, y a lo mejor lleva treinta días sin recibir ni la luz del sol ni el aire. Los pacientes cambian de una manera espectacular cuando los sacamos fuera, porque se conectan con la vida, se dan cuenta de que siguen vivos, por decirlo de alguna forma. Luz y aire curan.

Desde este proyecto estamos también contra la rigidez de horarios de visita de la familia, y a favor, por ejemplo, de que participen en los cuidados del paciente. Porque, normalmente, ¿quién le va asear mejor que alguien de su familia que le quiere?

Lo más deshumanizante que puede haber para un paciente hoy en la UCI…
Las sujeciones mecánicas. Un paciente atado es una práctica que atenta contra la dignidad humana. Si lo haces porque no tienes personas suficientes para sujetarlo o porque no tienes protocolo adecuado de sedación, lo que tienes que hacer como profesional de la salud es denunciarlo. Muchas veces, para humanizar lo primero que hay que hacer es poner a más humanos en plantilla o reubicarlos.

Otro de nuestros objetivos es que haya psicólogos para pacientes y para familiares de la UCI. Hay control con sedantes, lo que se denomina sujeciones farmacológicas: si el paciente da guerra, se le seda. Pero si este paciente sufre, nosotros proponemos que esté más unido con su familia, y con esta mejora emocional por la compañía se reduce el consumo de fármacos.

¿Están preparadas las instituciones sanitarias para un cambio de paradigma? ¿Es a través de todos este ruido mediático alrededor de la necesidad de humanizar más los cuidados que van a entrar?
Soy de la opinión de que cada uno sabe por qué hace las cosas. Y si es por imagen, a mí ya me vale, porque esto va a repercutir en la calidad de los cuidados de los pacientes.

El plan ‘humaniza’ en sanidad interesa a todos. Al final, todos somos pacientes; la enfermedad y la muerte son procesos democráticos.

¿Tendría que ser una asignatura más en las facultades de medicina, enfermería, etc.?
Las competencias técnicas son importantes; el enfermo va al médico para que le curen. Pero, como digo, no podemos curar a todo el mundo (de algo tenemos que morir). Cuidar a los pacientes es lo importante.

Por eso, sería interesante ofrecer desde la carrera de medicina o en enfermería herramientas de autocuidado para los propios profesionales de la salud y también para la gestión de sus emociones. O buena formación en comunicación, para saber, por ejemplo, cómo se tienen que dar las malas noticias a los familiares de un paciente… Son asignaturas que a nosotros en medicina nunca nos dieran, y hemos ido aprendiendo por ensayo y error. Si la gente sale aprendida y formada en estas competencias denominadas ‘blandas’; en aspectos que tienen que ver con las relaciones humanas, con la ética, con lo espiritual, en esta educación en valores, que considero tanto o más importante que saber de medicina, esto repercute en la calidad de la asistencia. Y soy de la opinión de que si tú estás humanizado contigo mismo y tienes un alto grado de conciencia, tu entorno mejora.

¿Cuáles son tus herramientas para curarte de todo lo que vives?
El silencio. No estamos acostumbrados a estar diez minutos en silencio, y a mí esto me conecta conmigo mismo. Mi terapia es también expresarme con el mundo escribiendo en mi blog a primera hora de la mañana.

Entiendo que mi trabajo es como otro cualquiera, aunque es verdad que lo vivo con mucha intensidad en todos los aspectos. En momentos muy dramáticos, como cuando fallece un paciente porque se tiene que morir, si has conseguido generar el buen clima para que el paciente lo haga tranquilo con su familia, esto puede ser también un motivo de satisfacción profesional. Porque, a veces, el objetivo es una muerte de calidad. Aunque parece que solo estamos enseñados para que no se muera la gente y que la sanidad española está montada para arreglar cosas. Muchas veces nos ponemos malos por tontos. La gente tiene que ser responsable de su propio cuidado. Un objetivo de la sanidad es educar en salud, en responsabilidad personal, en autocuidado. La sanidad puede ser la palanca de cambio para que toda la sociedad se reeduque en valores.

“La revolución de la emoción se basa en el mejor trato. Usar la tecnología humana, que es la mejor tecnología que llevamos dentro”

 

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@soniamarcamps

Comentarios

Nuria Zúñiga
Respuesta

Maravilloso. La verdad es que no sería capaz de quedarme con una frase como titular a destacar. Todas y cada una de las cosas que dice Gabi nos deberían hacer reflexionar a todos y preguntarnos: si hay algo que se debe cambiar, cómo se puede cambiar y cómo podemos contribuir en el cambio.
Si hubiera más personas (no sólo profesionales sanitarios) como Gabi, quizá el mundo fuera diferente. Curar siempre es imposible, cuidar no es siempre fácil… pero lo importante es que se hace, aunque no siempre se le dé la visibilidad que se necesita. Gracias por esta fantástica entrevista!

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