Marta Marín es autora del libro «Fuerte y frágil; eres todo lo que te hace brillar» (Random cómics). Cuenta a través de la ilustración su historia y un poco la de todos, la de todas; de cómo podemos sobrevivir a un mundo a veces hostil, abrazar nuestras emociones y nuestros monstruos.

Por Sonia Marquès Camps

No en vano, Marta Marín, diseñadora gráfica nacida en Igualada (Barcelona) hace 31 años, es @blancoymiedo en Instagram. O fuerte y frágil. «Porque solo cuando conocemos lo que nos hace vulnerables somos verdaderamente fuertes».
Y si no fuera por la necesidad de luchar contra el estigma, viéndola a ella ahora aportar su experiencia en un vídeo de la Federació Veus (que aglutina entidades de salud mental en primera persona), no haría falta explicar algo tan personal como que sufrió una depresión.

¡Qué importante explicarlo! Y con tu aportación artística del dibujo.
Y qué curioso que cuando padecemos un malestar similar parece que solo nos ocurre a nosotros. Lo ocultamos, y eso nos hace sentir muy solos.
Esta historia gráfica empezó como algo propio, sin poderme imaginar la envergadura que adquiriría.

Con tres ediciones, ya, del libro.
Seguramente, parte del éxito del libro está en que mucha gente lo adquiere para sí misma y lo compra luego de nuevo para regalar a alguien. Muchas personas sufren procesos emocionales similares. A menudo, porque las cosas a nivel social están muy complicadas.

¿Lo social impide muchas veces ser «todo lo que te hace brillar», en alusión a la segunda parte del título?
Claro, porque la precariedad, por ejemplo, obliga a poner el foco en otras cosas. Entramos en esta sobreproducción, donde comer y pagar facturas hace que no podamos estar siempre pendientes de nuestros sueños.

¿El precio es el malestar emocional?
En el libro hago un recorrido desde la infancia hasta la edad adulta, describiendo algunas de las trampas con las que nos vamos encontrando y que nos van haciendo renunciar a lo más esencial de nosotros mismos.
Pero espero también transmitir la esperanza o el mensaje de que se puede, pasito a pasito, cogiendo pequeñas decisiones, a veces, según las posibilidades de cada cual. Es utópico, pero a mí me gustaría que todo el mundo lo consiguiera.

¿Se puede decir que has sido valiente, teniendo en cuenta, además, que hablas en primera persona de depresión?
La gente recibe la historia del libro con estima, y a mí me la proporciona. Hablar de ello constituye una especie de bien común.

¿En una especie de ley de atracción?
Creo bastante en el rodéate de buenas personas, y seguramente, te pasarán cosas buenas.

¿Tener un buen acompañamiento terapéutico es esencial?
La terapia a mí me ha cambiado absolutamente la vida. Y también tiene mucho que ver en el hecho de que haya podido dedicarme después a lo que me gusta. La forma de ver el mundo es totalmente distinta con las herramientas que te puede aportar un psicólogo. Dejas, por decirlo de algún modo, de sobrevivir.

“La forma de ver el mundo es totalmente distinta con las herramientas que te puede aportar un psicólogo”

¿Y está la obligación de encontrar al mejor psicólogo para uno mismo?
La alianza terapéutica es fundamental; tiene que haber confianza con el psicólogo, te tienes que sentir cómoda o cómodo en el tratamiento. Lo comparo a hacer deporte para obtener unos beneficios. No todos valen, tienes que encontrar el que vaya en sintonía contigo.

¿El proceso creativo es una especie de medicina?
La ilustración para mí es una forma de comunicar. Este libro empezó con la idea fugaz de dibujar mis miedos en forma de monstruos. Aquí nació el proyecto, justo cuando empezaba la pandemia de covid, y el confinamiento me procuró el tiempo para ponerlo en marcha. Estuve todo un año probando técnicas, colores, etc.

¿Poner tu experiencia negro sobre blanco ha implicado colocar, simplificar, y por ende, ir hasta el fondo?
Sí, algo similar a ir quitando capas. Porque cuando estamos inmersos en un problema, tenemos tantos inputs, tantas opiniones, tantas experiencias ajenas, que hay que ir quitando capas para llegar al núcleo. El origen de nuestro malestar, en general, suele ser bastante simple. Lo digo sin quitar importancia, por supuesto, a la complejidad de la vida de cada persona.
Un principio súper básico de psicología, que recojo en una de mis ilustraciones, es: ‘No se trata de entender, sino de validar’.

Otra de tus frases es: ‘No se trata de buscar la felicidad, sino la calma’.
Exacto.

¿Los miedos son de color negro?
Se suele hacer este paralelismo, que lo bueno es blanco y lo malo es negro. Pero en mi caso, en mi trabajo gráfico, esto solo un juego de tintas. En el fondo de la las cosas suele haber todos los matices.

¿Ayuda a ser más fuerte superar una depresión?
Me gusta pensar que yo, o cualquiera que haya superado un problema de este tipo, ya era fuerte antes de este proceso. Es decir, que no es el dolor lo que nos hace fuertes. No quiero estar agradecida al dolor, puesto que preferiría no haber pasado por todo esto.

“Prefiero pensar que no ha sido el dolor lo que me ha hecho fuerte; no quiero tener que estarle agradecida”

¿El estigma es un fantasma activo todavía en la sociedad?
Curiosamente, hablas con naturalidad de la enfermedad mental, y siempre acaba apareciendo el estigma, alguien que invalida todo por lo que tú has pasado.
Y donde, desde luego, el estigma sigue estando muy presente es en el entorno laboral: la productividad está por encima de la salud mental.

“En el mundo laboral, la productividad sigue estando por encima de la salud mental”

¿Cómo valoras tu experiencia, con tu testimonio, en la Federació Veus?
Se consiguió en la campaña en la que participé unir salud mental, feminismo y derechos humanos.
¡Ojalá la lucha por la salud mental y contra el estigma sea cada vez más colectiva!

¿Cuáles son tus sueños futuros?
Tengo muchas ganas de seguir comunicando, a través de la ilustración, en charlas o podcasts. Seguiré, por supuesto, cuidando, mimando, mi libro. Y espero que vengan más.