Mindfulness; ganarnos el bienestar segundo a segundo, minuto a minuto

Por Sonia Marquès Camps

Mindfulness tiene que ver con el estado mental que surge al prestar atención al momento presente de forma intencionada, cuando nos centramos solo en el momento que vivimos, en la experiencia de este instante.

Leímos hace poco el libro de Vidyamala Burch Vivir bien con el dolor y la enfermedad, publicado por Editorial Kairós, y nos encantó, porque a través del mindfulness ofrece herramientas para calmar los estados de dolor y sufrimiento, físico y emocional, de los pacientes crónicos. En esta revista ponemos especial interés en las emociones de quienes padecen algún tipo de dolencia; en recogerlas, en tratar de entenderlas o saber cómo aliviarlas. De ahí que queramos subrayar estas frases de este libro, dedicado a mitigar los estados que desencadena la enfermedad.

“El miedo a que no pudiese llegar hasta mañana se disolvió cuando entendí que solo tenía que vivir cada momento, que siempre tenía acceso al momento presente y que el único modo verdadero y sostenible de estar completamente vivo consiste en permanecer abierto a todos los momentos de la vida, no solo a aquellos que me gustan”. (Extracto del libro ‘Vivir bien con el dolor y la enfermedad. Mindfulness para liberarte del sufrimiento’, de Vidyamala Burch).

Mindfulness, que también queremos aplicar a otro de los temas de el Emotional magazine, que es la gestión de las emociones para mejorar nuestra comunicación, y por tanto, las relaciones que establecemos con los demás. Una idea que hemos ido desarrollando junto a diferentes miembros del equipo y que ha dado forma a la estructura de un taller de comunicación con inteligencia emocional.

Estamos convencidos de que con mindfulness y respirando el momento, el estado o la emoción que sentimos, siendo plenamente conscientes de ella y de su capacidad de desencadenar una reacción no deseada, podemos mejorar, y mucho, la forma que tenemos de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. O, al menos, entenderla, entendernos.

Mindfulness es adquirir un compromiso con el momento que estamos viviendo. Es dejarse ir por la magnífica sensación de respirar un instante, de sentirlo nuestro, siendo plenamente conscientes de que lo estamos viviendo. Poniendo toda la atención en una intención: estar bien. Ni que sea solo por un segundo. Y así, sucesivamente, otro segundo, y otro segundo… Hasta llegar, si podemos, a cinco o diez minutos, seguramente, suficientes para un rato diario de paz o de calma interior.

Mindfulness es preocuparse únicamente de estar en el momento que sucede. Respirar este instante, sintiéndonos plenamente vivos y poniendo en práctica, segundo a segundo, este estado de bienestar con nosotros mismos. Donde no hay juez, ni culpa, ni problemas, ni miedos, ni fracasos; un momento en el que eliminamos todos los pensamientos que enturbiarían este preciso momento de tranquilidad. Y no tener que preocuparse, si quiera, de si lo conseguiremos en el segundo posterior.

Porque mindfulness tiene el objetivo de experimentar esta sensación por un segundo, por un minuto, valioso en sí mismo, y seguir hasta que sea posible, repitiendo, segundo a segundo, minuto a minuto, esta forma de sentir plenamente la vida y estar bien con nosotros mismos.

Con mindfulness podemos recuperar nuestra esencia. Y podemos llegar a ser más objetivos a la hora de analizarnos; lejos, precisamente, de nuestro mundo interior, en el que muchas veces nos falta perspectiva. Bienvenida esta técnica del bienestar minuto a minuto. Y aunque lo consigamos un minuto…

Un minuto de bienestar, más que suficiente para reencontrarnos con nosotros mismos. Para, después, tener la capacidad de recordarlo. De saber que podemos volver siempre que queramos allí donde nos sentimos como lo que realmente somos. Y, quizás, con la práctica, ir aprendiendo a coger las riendas de nuestras emociones.

Cuando empezamos a comprender y a coger las riendas de nuestras emociones, entendemos lo absurdo que es seguir culpándonos por cómo nos hemos sentido o por los sentimientos del pasado. Por nuestro estado emocional del pasado. Comprender nuestras emociones es, al fin y al cabo, comprendernos, perdonarnos.

@soniamarcamps

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