Escribir para encontrarnos

Por Sonia Marquès Camps

Escribir en una libreta, para tomar consciencia del día, del momento o del momento anímico en el que estamos. Reencontrándonos con nuestra caligrafía, de líneas irregulares por el desuso; perfeccionándola, o intentándolo. Haciendo buena letra, encontrándonos con nuestros trazos. Escribir para encontrarnos con nosotros mismos.

Boli y papel, hasta que nos rendimos al ordenador, sabiendo que no era lo mismo, que la rapidez que proporcionaba tenía un precio muy alto, a saber, perder esta circulo de comunicación entre la mano, la mente, la vista… Escribir en un papel es una acto casi de cinco sentidos.

Volver a la escritura manual para ejercitar la paciencia de la buena letra, de la letra legible, forjando el carácter, obligados al ritmo de una caligrafía que para expresarse necesita ser entendible, y al ritmo de la estética, de la buena letra. Para llegar a la claridad. También, seguramente, con nosotros mismos, perdidos en nuestro día a día.

Tendríamos que volver a menudo al ejercicio de la libreta, ni que fuera para recordarnos dónde estábamos y el placer que producía la escritura a boli. Que es como volver a nuestra esencia. A nosotros mismos. Y escribir después mirando hacia delante. Forjando sueños a base de puño y letra.

Escribir dónde estamos y, sobre todo, dónde queremos estar. Y visualizarlo a partir de nuestras próximas palabras, de nuestra propia letra, donde hemos volcado todos los sentimientos y los anhelos. Y no perderlos de vista. Y reescribirlos a diario. Reescribirse a diario.

(A partir de un texto breve escrito con anterioridad en el blog personal)

@soniamarcamps

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