Entrevista a Carmen Machi

Por Sónia Marquès

La actriz Carmen Machi es Bárbara en Agosto (Condado de Osage), de Tracy Letts. La obra de teatro norteamericana contemporánea más importante de los últimos tiempos, según Gerardo Vera, el director que la ha llevado recientemente y con gran éxito al Teatro Valle-Inclán de Madrid.

El tema central es la incomunicación; los dramas que cada uno tiene en su interior. Temas universales, que aquí se escenifican a través de una familia que se enfrenta a su pasado y a su futuro, ofreciendo una verdadera catarsis emocional al espectador.

La intensidad del personaje que interpreta Carmen Machi desnuda los sentimientos de una mujer cuando alcanza la madurez. Cuando el marido, además, la abandona por una más joven y su hija adolescente se rebela, mostrándole con toda la crudeza que se le ha acabado aquel papel en la vida.

Impresiona cómo Carmen Machi se mete en la piel de este personaje, demostrando con su inmensa energía, una vez más, su enorme capacidad teatral.

¿Con qué trozo o frase del texto que interpreta en Agosto se queda para Carmen Machi?
Es una función fascinante porque es la vida misma… Como si te colaras en la intimidad de la vida. Hay un trozo que me gusta especialmente porque sólo por un momento mi personaje encuentra la paz. Es el reencuentro con aquel ex novio de juventud, cuando se ha quedado sola y tiene que seguir. Cuando le pide: “caricias, sólo caricias”. ¡Está diciendo tanto con tan poco…!

¿Qué le ha aportado este personaje?
Esta profesión mía es un misterio. Cada trabajo pasa por ti. Y algún personaje se queda largo tiempo viviendo contigo. Bárbara creo que es uno de los que más me ha hecho reflexionar sobre mí misma. Y lo guardaré largo tiempo.
La entiendo. Me cae bien.

Madurar o envejecer para las mujeres puede ser difícil. Su personaje, tras un periodo de derrota, frustraciones personales y sentimentales, acepta y tira adelante. Conmovedor.
Me gustaría resaltar que esta función la ha escrito un hombre, Tracy Letts. Me conmueve cómo conoce el universo femenino y con qué mimo lo trata a pesar de la brutalidad a la que nos expone. El abismo al que se asoma esta mujer de 40 y tantos, con la pérdida de casi todo, pero inteligente y con un gran sentido del humor. No se rinde, porque cuando se toca fondo se produce el efecto rebote.

¿La mejor receta para la insatisfacción, para la dependencia… que está siempre latente en este texto de Agosto?
Supongo que buscar con ahínco “la libertad” es buena receta para muchas cosas, pero a veces hay que cocinarla a fuego lento. Existen varios momentos en la vida en los que hay que abrir la puerta para irse y no volver. Y si vuelves que no sea para quedarte. Es una forma de decir ¡No! al pasado y ¡Sí! a lo que venga.

¿Ser actriz era algo parecido a un sueño?
Bueno más que un sueño era algo inevitable. No puedo imaginar mi vida dedicada a otra cosa que no sea interpretar. Lo tenía clarísimo desde que era una niña. Lo veía y lo sigo viendo como un juego… Claro que con una implicación emocional, pero todo es mentira. Puedes vivir muchas vidas. Qué gusto, ¿no?

¿Qué rasgo de su carácter contribuyó a que lo fuera?
La timidez.

¿Qué ha aportado el mundo de la interpretación a Carmen Machi?
Hace que mi mundo sea más rico. Básicamente, es una manera de vivir. Y refugiarte en alguien que no eres tú también tiene algo de terapéutico. Y sobre todo, me ha dado mis grandes amigos.

¿Qué aporta cada día Carmen Machi a sus personajes?
A mí no me gusta contaminar mis personajes con información que no me han pedido. Trato de escucharlos y entenderlos, y que a través de mí los escuchen a ellos; dándoles toda la verdad posible.

¿Con qué momento del escenario se queda?
Hay un murmullo, con el telón abajo todavía, que hace el público cuando está sentado en la butaca hablando de sus cosas antes de que empiece la magia, cuando todavía no son espectadores y los actores todavía no somos personajes. ¡Me encanta!

¿Cuál es su frase de guerra cada mañana?
Si he dormido bien, que es una de las cosas que más me gusta del mundo, seguro que es una frase estupenda.

¿Cuándo es realmente feliz?
Cuando no tengo cuentas pendientes.

Trozo de la obra en Youtube

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