Somos porque respiramos

Por Jana Casares

El cuerpo es una senda de conocimiento, todo pasa a través de él.
Tu cuerpo contiene todas las respuestas a tus preguntas y también todas las preguntas a tus respuestas.

¿Qué hay que hacer para que el cuerpo empiece a hablar? Básicamente, dos cosas: cerrar los ojos y quedarse muy quieto. Tan quieto, que lo único que sientas sea un sutil movimiento que te mece: la respiración. El más bello ejemplo de ritmo universal individualizado en cada cuerpo.

La respiración es un acto inadvertido la mayoría de las veces, que cuando se vuelve consciente abre la puerta a la espiritualidad. Porque no lo dudes, somos porque respiramos. Y si respirar es vivir, el control del ritmo respiratorio o la simple observación de la respiración es un catalizador para la transformación interior.

La respiración contiene dos acciones: inhalar, exhalar. Contiene dos extremos, como todo en esta vida. Se manifiesta y se recrea gracias a la tensión y armonía de estos polos opuestos.

La respiración es símbolo de vivir, sí. Pero también lo es de morir.
La inhalación nos conecta con la vida, es la deidad Brahma, el creador. La exhalación nos conecta con la muerte, es la deidad Shiva, el destructor. Pero tanto Brahma como Shiva reverencian al tercero de la trinidad, Vishnu, la deidad de la conservación.

“Sólo si te haces testigo de la creación y de la destrucción conocerás a Vishnu”. Sólo si te haces observador de la inhalación y la exhalación conocerás tu naturaleza.

Cuanto más te conoces, más conoces la naturaleza de todo lo que te rodea. Y no sólo lo conoces sino que lo comprendes;  te vuelves más empático vibrando en el mantra “Yo soy tú”.

Cuando una estrella nace tú estás naciendo con ella. Cuando una hormiga muere tú mueres con ella.

Cuando observas el aire fresco, lleno de nueva información, entrando por la nariz y sientes como tus pulmones empiezan a cobijar la vida, te das cuenta de que estás vivo. Cuando el aire viciado empieza a salir caliente de tu cuerpo y tu pecho se empieza a hundir sientes el vacío en ti, te das cuenta de que estás muerto.

Contienes los opuestos.

Así que lejos de explicar los beneficios de la respiración, técnicas y metodologías, estas líneas pretenden animarte a algo muy simple y fundamental.  Si quieres que tu respiración no sea un mero intercambio de gases hazla consciente, para que además de alimentar a tu cuerpo alimente a tu alma.

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