‘El lado bueno de las cosas’: chico blando conoce chica dura

Por los35milímetros (Cristóbal Soage)

Hablamos de El lado bueno de las cosas (o Silver Linings Playbook), lo nuevo de David O. Russell tras The Fighter, que después de conseguir el premio del público en Toronto ha triunfado en la taquilla estadounidense y se ha convertido en una de las protagonistas de la temporada de premio, con ocho nominaciones a los Oscar que incluyen opciones en todas las categorías principales: película, director y todas las de interpretación. Pero, ¿cuál es la clave del éxito de la película? Pocos géneros funcionan tan bien en Hollywood como las comedias románticas. El esquema chico conoce chica, chico y chica se enamoran y en el camino sacan unas cuantas carcajadas a los espectadores da como resultado un buen número de películas cada año, y buena parte de ellas se convierten en éxitos de taquilla.

Hablamos por tanto de un género popular entre el público pero que no lo es tanto entre la crítica y que pocas veces consigue posicionarse en buen lugar a la hora de recibir premios. Este año, sin embargo, estamos siendo testigos de cómo una comedia romántica se sitúa entre las películas más destacadas, consiguiendo el apoyo de los expertos además del favor de los espectadores.

El protagonista de El lado bueno de las cosas es Pat (Bradley Cooper), un treintañero que tras varios meses en un centro psiquiatríco después de un episodio violento con el amante de su mujer sigue sin levantar cabeza. En su proceso de reconexión con el mundo real, Pat se cruza con Tiffany (Jennifer Lawrence), una mujer algo más joven que tampoco atraviesa la mejor racha de su vida.

La familia de Pat hace todo lo que está en su mano para que él vuelva a retomar su vida sin que nada se salga de control. Su padre (Robert de Niro) intenta acercarse a él y estrechar lazos después de años de relación distante, y su madre (Jackie Weaver) procura que todos mantengan el equilibrio para evitar que todo vuelva otra vez a desmoronarse.

Tenemos a un puñado de personajes bien definidos y caracterizados, una historia de superación con tintes dramáticos y un romance en ciernes que sirve para captar la atención del público. Lo diferente de esta historia de amor es que aquí se intercambian los roles, estamos acostumbrados a películas protagonizadas por mujeres sensibles y enamoradizas que encuentran al hombre de sus sueños en un tipo duro poco acostumbrado al amor.

Aquí ocurre lo contrario, el protagonista masculino es un tipo tierno y emocionalmente frágil, mientras que la mujer se nos presenta como un ser más duro y frío, lejos del prototipo de chica guapa y dulce. Aquí se encuentra quizás la baza más fuerte de la película, este intercambio de roles y la marcada personalidad de los protagonistas da lugar a situaciones cómicas construidas a través de unos cuantos giros de guion que consiguen que nos enganchemos a la historia y nos divirtamos.

Es cierto que El lado bueno de las cosas no ofrece nada especialmente original ni sorprendente, momentos de humor gañán, mezclados con un romanticismo bien manejado que no cae en demasiados excesos y, sobre todo, un reparto sólido y con una química evidente son lo que hace que en conjunto el film funcione. La película resulta atractiva porque es fácil de ver y ofrece momentos de buen cine francamente disfrutable, se agradece su falta de pretensiones y la honestidad con la que se trata a sus personajes que resultan cómicos sin caer en el esperpento.

Estamos, por tanto, ante una comedia romántica apta para todos los públicos, no es una película revolucionaria pero aprovecha sus virtudes y el resultado final es una cinta disfrutable con méritos suficientes para colocarse entre lo más destacado del año.

www.los35milimetros.com

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