Detener el vuelo ante un mar en calma

Por Sónia Marquès Camps

Parar el vuelo, detenerse y mirar más allá de nuestros pensamientos. Observar con otra perspectiva más amplia y enfocar hacia el horizonte. Mantener mientras tanto los pies fijados en la superficie, en la arena de nuestra pequeña realidad. Coger consciencia de lo que somos y de la necesidad de mirarnos de vez en cuando desde la inmensidad de un mar. 

Nada como detenerse en la playa ante un mar en calma. Y encontrar un velero en el horizonte como metáfora de nuestros sueños. 

Una paloma ha detenido el vuelo ante un mar abierto. De vez en cuando convendría pararse ante tanta inmensidad y ser conscientes de ella. Para que nuestros pensamientos se vuelvan pequeños. 

Encontrar este barco en la calma que contrasta con el ajetreo de nuestra pequeña realidad. Y aspirar a esto. O saber que más allá de lo nuestro está esto; la inmensidad del mar, otro horizonte, otra perspectiva. Quizás, como una forma de esperanza. 

No soltar los pies del suelo. Abrazar nuestra realidad. Dejarse acariciar por la arena. Por todo lo que somos y tenemos. Y seguir mirando el horizonte. Y el mar en calma. Nuestros sueños. Conscientes de que solo pueden llegar a ser un sueño. Pero que es necesario soñar. 

Fotos: Sónia M C.
Fotos: Sónia M C.

@soniamarcamps

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