El alivio del desánimo

Por Sónia Marquès Camps

Repetimos sin querer estados emocionales antiguos, y todo se desencadena a partir de una sensación, a partir de un pensamiento. Son los pensamientos grises. Pensamientos a los que deberíamos ser capaces de renunciar o neutralizar y transformarlos, dejando volar la imaginación, por ejemplo, en simples aleteos de mariposas de colores.

Dejarse llevar por los aleteos de colores de mariposas, sin profundizar en nada, y a modo de alivio; solo concentrados en la idea de no entrar más, nunca más, en estos pensamientos que durante años, quizás desde siempre, han ido bloqueando todo el empeño, y las ganas, y la ilusión de cambio, y la confianza en nosotros mismo.

A lo mejor no está en nuestra mano transformar de repente nuestro mundo cuando los pensamientos grises aparecen, pero a lo mejor sí podemos dejar volar la imaginación, pensar en nuestra capacidad de iluminar una mente gris y en tratar de fabular un poco; y que cada mariposa sea después un deseo, una buena intención, un propósito… Un estado de bienestar.

Hay fotos inspiradoras, y ésta lo ha sido, en una tarde gris de pensamientos plúmbeos, que a veces son como una nube a punto de llover en la mente de este otoño cargado de nostalgia, y de sensaciones, y de estados emocionales que fácilmente se reproducen al repetir situaciones pasadas, y pesadas.

Todo podría relativizarse, quizás, poniendo un poco de esfuerzo en abrir una brecha de luz y de color, como quien abre un pasadizo entre la estructura rígida, oscura y pesada del desánimo.

Hay días grises en los que cuesta pensar que muchas veces está en nuestra mano poner ni que sea un poco de luz para transformar los pensamientos grises en simples aleteos de mariposas de colores…

Crysnos – Fotolia.com
Crysnos – Fotolia.com

soniamarquescamps.wordpress.com

@soniamarcamps

 

 

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