Nubes que se escapan; sueños que se llevaría el viento

Abrazar un sueño y  no dejar que se escape, ni dejar de sentirlo, ni dejar de sentir el bienestar que proporciona, ni dejar de sentir que nos pertenece. Sentir que nos debemos en parte a este sueño si queremos lograrlo; que hay que cultivarlo, cuidarlo, mimarlo…

Abrazar un sueño es cultivar la capacidad de retenerlo, no dejar de recordarlo, saber la importancia que tiene y recrearlo. Sentir la felicidad que proporciona y saber que este sueño, o soñarlo, está siempre a nuestro alcance.

Como un cielo abierto es nuestra capacidad de soñar; nubes a las que podemos dar, imaginando, una forma. Y como las nubes, que se escapan, a los sueños también se los llevaría el viento…

Perseguir sueños sintiéndolos cerca, sintiéndonos parte de ellos y, sobre todo, protectores de ellos. No dejar que se nos escape un sueño tiene que ver a lo mejor con potenciar el sentimiento de que el sueño nos pertenece, de que nos merecemos este sueño. Y que dejar de soñarlo equivaldría seguramente a renunciar a lo mejor de nosotros mismos.

Para que los sueños ocurran, seguramente, hay que creer  mucho en ellos.

@soniamarcamps

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