Biodanza: universalidad en la diversidad

Por María Miret

Más de 350 personas han asistido al IX Encuentro Español de Biodanza, celebrado del 16 al 19 de octubre en Zaragoza bajo el lema “Universalidad en la diversidad”. Salud, ciencia y arte, unidos en diversas vivencias y rondas de diálogo y en torno a acción social, educación, sanitario-científico e instituciones.

Alumnos, facilitadores (profesores), didactas (formadores de profesores) y directores de escuelas de Biodanza de España y de otros países han participado en estos tres días de conferencias y mesas redondas.

Biología, psicología y fisiología han formado parte de los contenidos de la ronda de diálogo sobre Biodanza y Salud, en la que Ana González Uriarte, médico psiquiatra, psicóloga y terapeuta familiar hablaba de “apego, vínculos, bienestar y necesidades afectivas”; Mª Jesús Blázquez, catedrática de Biología, exponía “el nuevo modelo de la biología a la luz de la ciencia del amor, conexión y cooperación”, y Pilar de la Cueva, médica ginecóloga y facilitadora de Biodanza, proponía “restaurar el paradigma originario de la vida” al hablar de la “fisiologia de la calma, el amor y la trascendencia”.

“Es posible trabajar con #Biodanza en el ámbito social y clínico”. Lo decía una psicóloga clínica, y lo confirma el trabajo de Giovanna Benatti, didacta italiana organizadora del Forum de Biodanza Social y clínica que cada año se celebra en Vicenza, Italia.

Salud, ciencia y arte, de la mano

Pilar Peña, didacta española, destacaba que “somos un poema inacabado, los únicos seres inconclusos”, al asegurar que “con Biodanza podemos volver a andar el camino”. En su intervención sobre “la danza bioquímica del cerebro”, la que durante una década fuera investigadora en Microbiología Molecular, tres de esos años en cáncer, explicaba muy gráficamente que “somos neuronas danzando con el otro/a cada día”.

Por su parte, Jorge Terrén, director de la escuela de Biodanza de Valencia, apelaba a “sentir el misterio de la vida”. Este investigador en Microbiología y ahora facilitador impartió una vivencia con su compañera, Betina Ber, pasando “de la ciencia del control al caos, que reconoce que la vida es un misterio que sólo se puede experimentar”. “Crearse a sí mismo/a” era la propuesta; y “relacionarse con el misterio de la vida”, su apuesta de hace años, cuando pasó “de la observación de la ciencia a la relación” en Biodanza. “Dejé la ciencia, que controlaba mi vida, y solo cuando pude entregarme dejé de enfermar”, confiesa. Y es que “la naturaleza no tiene taller de reparación”, dijo. Recordando que “somos seres creativos antes que adaptativos”, Terrénapela invita a “ser quien eres hoy”, porque “otros caminos no llevan a ningún lado”.

Como plato fuerte del fin de semana, el investigador alemán Marcus Stuck. ”Cualquiera somos científicos si usamos nuestros sentimientos”, aseguraba antes de presentar Bionet, una conferencia sobre ciencia y Biodanza, que se celebra en Riga (Letonia) del 24 al 26 de octubre.

@periodistia

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