“El arte no da respuestas; plantea nuevas preguntas”

Por Sonia Marquès Camps

El cuadro ‘Doctor, cúrate a ti mismo’ fue con el que descubrí a Carles Gomila, artista menorquín que ha dado otra dimensión con su estilo a los grandes clásicos. A veces, a través del arte asociado a las fiestas de Sant Joan de su Ciutadella natal, recreándose en sus símbolos y en toda su plástica, ya de por sí impresionante; produciendo con ello una pintura de tintes claramente mediterráneos.

 

Retrato del artista, Carles Gomila, y pigmentos. (Foto: Itziar Lecea).
Retrato del artista, Carles Gomila, y pigmentos. (Foto: Itziar Lecea).

 

Este ‘Doctor, cúrate a ti mismo’ (reproducido unas líneas más abajo) es ejemplo de su dominio artístico de la figura humana, con el impacto añadido del título del cuadro, basado en la sentencia latina Cura te ipsum o Medice cura te ipsum, para incitar a los servidores de la salud humana a cuidar y curarse a sí mismos antes de servir a sus propios pacientes.

 

‘Doctor, cúrate a ti mismo’.
‘Doctor, cúrate a ti mismo’.

 

Impacta también la solemnidad de la figura del caixer (jinete protagonista de las fiestas de Sant Joan) con la mano en el pecho, clara admiración al Grecco. “El arte para mí es esta gran pintura, que he revisitado varias veces”, dice Carles Gomila, refiriéndose al genuino ‘El Caballero de la mano en el pecho’. Homenajea con este cuadro a este máximo exponente del arte clásico, y de paso, a estos caixers, payeses del campo que durante dos días se suben al caballo para dar todo el empaque a la fiesta. Todo el glamour, todo su estilo, todo su arte, en el escenario arquitectónico de la Ciutadella más emblemática en el que se desarrolla.

 

‘Cavaller de la mà al pit’.
‘Cavaller de la mà al pit’.

 

Tu obra podría ser, en cierta forma, un homenaje a la pintura de los grandes clásicos, por cómo la evoca.
Creo que, generalizando algo, la pintura se divide en artistas que pintan lo que ven (la tradición naturalista, etc.) y en los que pintan lo que saben. Yo pinto lo que sé, que, inevitablemente, está influenciado por todo lo que me gusta. Mis referentes tienen que ver con la raíz clásica de la pintura, porque me gusta, y por eso sigo estudiándola. Es la pintura que se ubica más o menos en el periodo anterior al siglo XIX. Pero también tengo grandes influencias del mundo del cómic, el cine, la fotografía…

¿Pintando revives todos tus referentes, tu background artístico?
Es verdad que puedes integrar cualquier tipo de inquietud que tengas, gustos o aficiones paralelos. Me gustan mucho las ciencias, y todo lo que tiene que ver con ellas; por eso me dedico al color, a hacer mis pinturas, a entender los pigmentos, cómo reaccionan entre ellos… Me interesa toda la teoría para entender la anatomía de la pintura, las capas, cómo reacciona, cómo refracta la luz. Mientras que el dibujo es un lenguaje visual racional, los colores tienen un lenguaje emocional.

¿En tu forma de trabajar, alternas simultáneamente diferentes obras?
Ahora mismo, estoy trabajando en un proyecto para finales de año que es una exposición de temas de ópera. Las historias de las óperas no me interesan porque son demasiado narrativas para pintarlas, pero sí los personajes, porque cómo están descritos permite crear tu propia versión. Este proyecto, probablemente, culminará en una exposición en Barcelona, no en galerías, si no en espacios donde se hacen las óperas. Como son grandes recintos, la idea es hacer cuadros de gran tamaño.
Tengo una manera de trabajar dispersa que pasa por estar en diferentes obras a la vez. A veces, son cuadros por encargo. Acepto el encargo si la premisa es el formato y no me marcan demasiado el camino. De lo contrario, le recomiendo al cliente otro pintor. Cuando me marcan demasiado los pasos, no disfruto la obra ni quedo satisfecho con ella, y tardo en entregar, por lo que no me compensa tampoco económicamente el trabajo.

 

‘Tannhauser’, en el estudio del artista.
‘Tannhauser’, en el estudio del artista.

 

Cuando pintas, no puedes tener un formato preconcebido de lo que está pasando con la figura, la vas cocinando. Abres una pintura con una idea muy pequeña, sólida, que tienes que mantener y manejar desde el principio. Y cuando acabas, la figura se cierra con tu pensamiento. Es decir, no hay un pensamiento previo que proyectas en la pintura, sino que todo se va haciendo a la vez. Si no, probablemente, no te esforzarías en pintarlo, porque ya lo tendrías. Una obra se abre con una idea muy pequeña, muy básica, pero que no sabes por dónde irá, y es el mismo cuadro lo que te va llevando. Esto eso es lo que te hace disfrutar de la pintura. Sabiendo, además, que lo importante es el cuadro que viene después. Una vez has hecho la obra, lo único que deseas es que tenga una buena vida y encuentre una casa, o que pueda financiar tu próximo trabajo.

¿Un cuadro empieza en el momento en que preparas las pinturas, los colores?
Empiezas a pintar en el momento que preparas la pintura y el soporte, sí; a la que empiezas a componer colores. Es en este trabajo de planificación cuando se inicia la obra.

Tú creas tus propias pinturas.
Utilizo mis propios pigmentos y resinas para hacer las pinturas de mis cuadros, en un afán de hacerlos con lo mejor. La industria tiene una forma determinada de hacer pintura que no me había servido hasta ahora. He empezado recientemente a utilizarlos porque estoy experimentando con este tipo de texturas más comerciales, muy idóneas para hacer otro tipo de cosas. Pero, la verdad, es que soy tozudo con la calidad de las pinturas; en parte, porque creo que no puedes entregar cualquier cosa a la gente y que una obra tiene que hacerse con lo mejor.

¿La pintura sirve para las grandes cuestiones de la vida?
La pintura no da ninguna respuesta, sino que plantea nuevas preguntas, genera nuevas curiosidades… Me tiene, eso sí, entretenido. Tener la cabeza ocupada en retos es importante. Cuando haces un cuadro, a veces te los pasas bien pero en ocasiones sufres mucho, porque una obra tiene momentos de crisis, que son necesarios, porque, de lo contrario, no sería un reto. Los cuadros que tienen empuje son cuadros en los que ha habido una crisis y he tenido que luchar con ellos. Hay placer, en cierta forma, también en esto. Los retos, a un nivel accesible, cuando puedes escalarlos, aunque sufras, son llevaderos Mientras mantengas este equilibrio y no te pases intentando hacer algo que no está a tu alcance, está bien.

¿Hay días mejores para pintar, como en toda creación artística?
Hay días que no estás bien para pintar. No es un trabajo mecánico. La predisposición tiene que ver con un estado de salud o de estar bien, es verdad. Pero, muchas veces, la cuestión es que te pongas, porque creo que no estar bien ya es una buena excusa para ponerte. La cuestión está en entender que si no haces el esfuerzo de ponerte, las ganas seguramente no vendrán solas. Pintar es lo que me da esencia.

Aceites, resinas, mediums, etc.
Aceites, resinas, mediums, etc.

 

¿Cómo te llegan las emociones del público con tu obra?
El espectador, normalmente, acaba teniendo más imaginación que el propio autor. El espectador acaba la obra. Tú la abres, la entregas, y él la cierra. Y eso está muy bien. El feedback que te da muchas veces es sorprendente, a veces, me pillan en algo de un cuadro en lo que no había caído

¿Hay cuadros que se quieren más que otros?
Hay cuadros que quieres mucho como autor y que, en cambio, no los quiere nadie. Como humanos, funcionamos con el componente de que si la gente valora lo que haces seguirás trabajando con más ganas. Aparte de pasártelo bien, y de los retos personales que supone, tienes ganas de satisfacer al público.

¿Tendemos a adquirir una pintura en función de las emociones que nos evocan o por cómo nos conectan con algo importante de nosotros mismos?
La función del arte es clasista; el arte es un objeto de lujo. Lo que quiere el coleccionista, generalmente, es identificarse con lo que compra y rodearse de ello. Lo que hace es, por tanto, atesorar obra, porque para él tiene un valor importante tenerla en casa y verla cada día. Eso le lleva a un reto mayor: adquirir más obra para estar rodeado de lo que le gusta. Es una rueda que no acaba nunca, mientras se tiene poder adquisitivo para ello.
No sé qué haría yo si tuviera mucho dinero… Probablemente, adquirir obra.
El coleccionismo de arte es un mundo muy complicado. No hay un perfil de coleccionista, pero responde bastante a esta especie de obsesión por la posesión del objeto, o a la identificación con los objetos que adquieren. Un coleccionista lo que quiere es la posesión, y eso es una cuestión que responde a algo puramente personal.

Pero también es una forma de admiración al artista…
Generalmente, lo que quieren los coleccionistas es tener la obra a su lado. Poco a poco lo he ido entendiendo mejor. Que les convierta en personas extraordinarias, especiales, por el hecho de tenerlas. No moralizaré sobre eso. La gente quiere tener cosas. Como más extraordinarias, mejor. Y la pintura forma parte de esto. Lo que vendes no es una pintura. Estás vendiendo estilo.

¿Te da miedo encasillarte como pintor de moda?
Las modas siempre han estado. Una cosa es la moda como disciplina y otra la pintura. La moda es un elemento segregado de la pintura. Antes los artistas eran más modernos, es decir, iban a merced de la moda. En el siglo XVII, por ejemplo, los artistas formaban parte del fenómeno; el arte era la moda. En el momento en que se separa, lo que se espera de ti es que tú no hagas esto.

‘Turandot’.
‘Turandot’.

Pero hay estilos o artistas de moda, que pasan de moda.
Bueno, entonces, ya sabes a qué juegas. Hay personas que se dedican a hacer cosas que responden a una demanda. El tema es que si haces eso, cuando las cosas cambian, tú también tienes que cambiar. Este tipo de artistas es como si fueran un paso para atrás del gusto del público.

Estás en una isla, pero conectado con todo el mundo. Que la pintura guste en tantas partes y las conexiones que estableces debe ser como una forma de viajar…
Internet ha cambiado todo. Te da acceso a  artistas fantásticos y a sus producciones. Mis influencias han cambiado con Internet, se han multiplicado, por tanto, ha variado mi producción. Y también mi forma de vender o hacer negocio.

¿A un artista como tú le basta con la pintura de lienzo y pincel; no tiene la tentación de abrirse a otros formatos?
En realidad, cuando empecé a estudiar quería hacer Ilustración y no Bellas Artes. Bellas artes es una carrera en la que no se aprende demasiado. Aprendes cuando te liberan de la carga docente. Cuando uno empieza a estudiar por sí mismo. Hay muchísimos pintores clásicos y contemporáneos que me interesan mucho.
La pintura es una de las muchas formas de presentación del arte. Hay muchas cosas que me interesan, pero no tengo tiempo. Si quieres hacer una cosa bien tienes que olvidarte bastante del resto.
La pintura digital tiene unas posibilidades enormes, es otro mundo que se te abre, que es inmenso. He entrado en él de una forma muy tímida y muy funcional. Pero prefiero quedarme con esto que hago de momento, por la dificultad que tiene dominarlo todo. El mundo digital es muy agradecido porque tiene el botón deshacer. Al natural, acumulas trabajo siempre, y si te sale mal, toca tapar o empezar de nuevo. Es como con una máquina de escribir.

¿Tienes la tentación de un paisaje que narre la luz natural de tu Menorca natal, tan apreciada en pintura?
Realmente, funciona muy bien la luz de Menorca y del Mediterráneo, porque es muy equilibrada, pero en el fondo, cualquier tipo de luz es válida para estudiarla.
La figura humana está muy bien, pero, para ser coherente con lo que hago, para avanzar en mis trabajos de estudio de color tengo que salir fuera. Me he especializado en figura porque no hay nada que me guste más. Pero hay que diferenciar entre producción artística y ejercicio, y creo que se tienen que hacer las dos cosas. Saldré pronto a trabajar fuera, a estudiar situaciones y para observar qué está pasando con el color. Y a ver qué sale.

Estaremos pendientes… Sin que signifique ponerle presión ; )

Gracias, Carles.

@soniamarcamps

Comentarios

kiku poch
Respuesta

Por si a alguien aún le quedaba alguna duda, con esta entrevista queda claro que estamos ante un artista de los pies a la cabeza. Como te expresas Carles! Da casi tanto placer leer tus reflexiones como estar frente a una de tus obras. Un abrazo Maestro. Kiku.

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