La escalera de la narrativa

Por Dr. Salvador Casado

Cuando el ser humano se enfrenta a la adversidad, al peligro, al límite o al misterio siempre ha tenido la opción de contarlo, de convertir su vivencia en narración.

Cuentan que Jacob atravesaba el desierto de Madián y terminó agotado. Al acabar la jornada, se quedó profundamente dormido sobre una piedra y soñó con una escalera que conectaba con el cielo. Mucho se ha hablado sobre ella buscando explicaciones y significados.

Para mí, la escalera de Jacob es un itinerario narrativo, una forma de unir mundos y planos separados, de cruzar abismos y de relacionarnos de una manera nueva con el misterio.

En la narrativa no hay límites. Por eso la necesitamos tanto, siendo como somos criaturas contingentes. Por eso nos interesan tanto las historias ajenas y suplicamos para que se escuchen las propias. Cuando nos encontramos con una buena historia, disfrutamos al escapar por un momento de nuestra circunstancia. Y si el encuentro es con un gran narrador, nuestro gozo es todavía mayor. Lo mismo ocurre cuando encontramos a alguien que nos escucha, y aumenta, como es lógico, con el tamaño de la audiencia.

Convertir una experiencia, sentimiento o zozobra en narración transforma el agua insípida de nuestra vida en vino sabroso que alegra el corazón. Conseguir llegar a otros planos lanzando nuestras escaleras narrativas hacia los mundos de quienes nos rodean alivia nuestras cargas.
Aquel viejo beduino pudo salir del desierto y contar su sueño a los demás. Espero que también nosotros hoy seamos capaces de hacerlo.

@doctorcasado

 

SMC.
SMC.

Dejar un comentario

nombre*

Correo electrónico* (no publicado)

sitio web