“La salud es lo suficientemente seria para tomárnosla con sentido del humor”

Por Sonia Marquès Camps

Vengo sin cita, de Fernando Fabiani, médico de familia, es un libro necesario para acercar médico a paciente y medicina familiar y comunitaria a la sociedad. Con el gran acierto, además, de hacerlo con sentido del humor. (“El medicamento, póngamelo de marca, no de los genéticos”)

Si ya nos reíamos con los tuits de @dijoelpaciente, ahora, en este libro, el autor nos aproxima a la realidad más social, tierna y cotidiana de la medicina con nuevos momentos desternillantes, a veces profundos, sobre los distintos lados de la profesión.

Un libro, también, para ver las cosas que hacemos mal como pacientes. Que nos muestra, indirectamente, que los médicos son de carne y hueso, que el trabajo en consulta tiene momentos difíciles. Que, en general, nos medicamos o automedicamos en exceso… Y que somos tozudos a veces en eso de las medicinas…

. El Espidifen mándemelo de menta, que el de melocotón no me hace nada @dijoelpaciente

. El lorazepam no me ha hecho nada, y eso que me lo he tomado con coca-cola, que hace más efecto @dijoelpaciente

. Mi marido se toma el calcio inalámbrico y le va muy bien @dijoelpaciente

. Tomo paracetamol de un giga @dijoelpaciente

Fernando Fabiani deja el mensaje también a través de estas páginas de que es importante que el médico nos mire a los ojos cuando nos atiente, pero también que lo haga el paciente; que respete o tenga consideración por su trabajo. Porque cuidando al cuidador todos saldremos ganando.

Fernando Fabiani, médico y autor de <a href="http://www.megustaleer.com/libro/vengo-sin-cita/ES0144319" target="_blank">Vengo sin cita</a>.
Fernando Fabiani, médico y autor de Vengo sin cita.

Se desvela en el libro que los médicos sois de carne y hueso. ¿Se sufre mucho como médico?
Se sufre, se disfruta, se ríe… como la vida. La verdad es que a mí, personalmente, hay tres cosas que me hacen sufrir. Una es el sufrimiento compartido con cada unos de mis pacientes, porque no me acostumbro a ir despidiendo a personas que he atendido durante años y sus nombres aún duelen: Carmen, Josefa, Eduardo, María Jesús… La otra, la impotencia que siento cuando veo que se ponen piedras en las ruedas de la salud de las personas, con mensajes atemorizadores que los hacen sentir enfermos, comerciando con la salud, invirtiendo en los lugares inadecuados, tomando decisiones mirando a la galería en lugar de mirar a los ojos de los pacientes… Y, por supuesto, sufro cuando algún sanitario olvida que nuestra prioridad son los pacientes y el Primun non nocere (primero, no hacer daño).

Era necesario poner en un libro también las cosas que los pacientes no hacemos bien… ¿Es una manera de mejorar la sanidad?
Entre los objetivos del libro están revalorizar el papel del médico de familia, un gran desconocido para muchos pacientes (y periodistas, y políticos…); mostrar a los pacientes un pedacito de la realidad vivida por sus médicos de familia, desde su formación hasta su trabajo diario. Y principalmente, dar mensajes de salud donde se vislumbran también recomendaciones sobre cuándo y cómo consultar. Todo, por supuesto, aprovechando el humor como vehículo fundamental. La salud es lo suficientemente seria como para tomárnosla con sentido del humor, y todos podemos hacer cosas para mejorar la sanidad: también los pacientes y, por supuesto, los médicos.

Leyendo los tuits de @dijoelpaciente nos damos cuenta de que estamos fatal, je, je… Y muy medicalizados. Incluso muy automedicados… ¿Hay que ir menos al médico?
Nos han arrebatado la salud, ya no hay gente sana sino “pre-enferma” y, por tanto, gente que debe ir permanentemente al médico.
Pero hay que ir lo justo. Para la mayoría de la población afortunadamente sana esto debería ser todo un mantra. Porque lo contrario alimenta múltiples intereses (industria farmacéutica, industria alimentaria, mensajes electoralistas…). Lógicamente, cuando alguien tiene una enfermedad importante que requiera cuidados esto no es aplicable.

Cuando uno se siente mal o tiene malestar, al sitio donde primero va es al médico de familia. ¿Es normal que un médico tenga que hacer de psicólogo? ¿Qué recursos necesitaría para medicalizar menos los problemas de la vida?
Que el primer sitio al que vaya un paciente cuando se encuentra mal sea su médico de familia es buena cosa. Es su médico más cercano, al que puede acudir siempre que lo necesite sin que nadie tenga que permitírselo o autorizárselo. Otro tema es que los médicos estemos formados para que vengan a contarnos su malestar “como viene en los libros”. Tenemos que desprogramarnos al salir de la facultad. El malestar es algo más amplio y complejo que la lista de síntomas de los libros de medicina interna. Y muchas veces, ese malestar no es físico sino psicológico, emocional o de todo al mismo tiempo. Tenemos que estar preparados para escuchar de forma plena y activa, es nuestra gran herramienta de consulta para, entre otras cosas, no medicalizar. Y escuchar requiere de un solo recurso, pero muy valioso: tiempo.

Sobre si medicalizamos los problemas de la vida… Hay un mensaje de una reciente campaña que me parece esclarecedor: “Es la vida, no una enfermedad”. La vida está llena de momentos diferentes, de rachas mejores y peores… Y es eso precisamente la vida. Si estoy triste porque ha muerto un familiar o porque mi novia me ha dejado por otra persona, pues es eso, estoy triste, y punto. Y hay que pasarlo. Se resolverá en la inmensa mayoría de las ocasiones sin necesidad de recurrir a medicaciones. Se estima que un adulto tiene un ‘síntoma’ nuevo cada cuatro días (un picor, una punzada, una leve febrícula…), la mayoría de ellos se resuelven espontáneamente pues no son síntoma de una enfermedad sino síntoma de que estamos vivos. Si consultamos por todo ello, no nos queda tiempo para vivir.

¿Los tuiteros van, vais, a cambiar la Sanidad? ¿Qué ha aportado twitter a nivel personal y profesional?
Sería muy presuntuoso pensar que vamos a hacerlo, pero si no crees que puedes hacer algo, jamás lo intentarás. Las redes sociales en general, y twitter en particular, nos permiten establecer eso, redes, contactos; y desde ahí, comenzar iniciativas, movimientos, alianzas, colaboraciones… Como médicos de familia tenemos que utilizar todos los recursos posibles para dar mensajes de salud. Las redes son uno de ellos.

Una curiosidad… ¿Cómo se recogen todas estas anécdotas que aparecen en el libro del trabajo en consulta?
Las anécdotas no se recogen, se viven y nunca se olvidan. Las frase de los pacientes, esas perlas divertidas y a veces muy tiernas, llevo recogiéndolas seis años. Necesitaba hacerlo porque eso sí que se olvidaba, y pensé que era una pena que se perdieran. Suelo hacerlo al salir el paciente de la consulta, si espero al final de la mañana, la habré olvidado. Recuerdo una frase de nada más volver al trabajo tras las vacaciones: “Doctor, vine un día que usted no estaba y me mandaron que me pusiera frío; luego volví porque no estaba mejor, y me dijeron que me pusiera calor…” ¿Y usted qué ha hecho?, le pregunté. “Yo me he puesto cosas tibias…”.

El mejor consejo para la salud en el libro es sé feliz…
Sé feliz, todo lo feliz que puedas. Y la felicidad no la cubre la seguridad social, así que, por eso… Disfruta de los placeres de la vida. Disfruta de la comida, de un buen paseo, del sexo, de estar con los amigos. Ríe todo lo que puedas, y al médico, lo justo.

Y algunas frases más de pacientes, cargadas de ternura, por lo inocentes, que encontramos en el libro…

. Cuando vengo de caminar vengo más cansada @dijoelpaciente

. Doctor, desde que no le hago caso estoy mejor @dijoelpaciente

. ¿Me puedo lavar los dientes antes de la analítica? @dijoelpaciente

Porque la risa es una buena medicina. Gracias, Fernando Fabiani.

@soniamarcamps

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