Música que llega al corazón de pacientes

Por María Miret García

“Todas las canciones que me gustan me curan de alguna manera”, decía el compositor Jorge Drexler en el webinar Hablemos de música, organizado por el proyecto Humanizando Los Cuidados Intensivos (HU-CI). En el ámbito sanitario, la música proporciona distintos beneficios.

Los efectos de la música son cognitivos, fisiológicos, sociales, psicoemocionales o motores. La música y la medicina se relacionan desde hace mucho tiempo. Ya en las culturas primitivas se pensaba que el sonido podía ayudar a sanar o enfermar en función de cómo se utilizara, y en la actualidad, el abordaje de problemas médicos a través de la música se sustenta en la musicoterapia. “La música tiene unos beneficios universales sociales: acerca a las personas, genera emociones…

“La música, y concretamente, la emitida a través de la voz, sanan, y nos ayudan vivir mejor”, defienden desde HU-CI. Para la musicoterapeuta Conxita Bentz, “la música es el espíritu, va más allá de las pastillas”. Mientras que para Virginia Castelló, presidenta y fundadora de Música en Vena, “la música es un lenguaje universal que sale del alma, y te toca, un elemento fundamental que está dentro de la persona y llega al corazón del paciente, y eso es lo fundamental. Tiene ese efecto porque la música provoca un cambio y hace que mejore el estado de bienestar”. Con respecto a su aplicación en el ámbito de la salud, en su experiencia “los pacientes están sensibles y les hace que se sientan en relajación”.

“La música influencia nuestros estados físico, mental y emocional”, explican Carla Navarro y María Martínez-Gil, musicoterapeutas de la Fundación Porque Viven. “La sensación que proporciona la música es inmediata y muy grande”, explica el cantautor Javier Ruibal, para quien “siempre estamos esperando que alguien recupere nuestra sensibilidad”. De lo que no hay duda es de que la música puede ser beneficiosa. Las repercusiones que la escucha sonoro-musical tiene a nivel físico y psicosocial en el paciente son numerosas. Con la música, las sensaciones corporales dolorosas se reemplazan por otras más placenteras. Disminución del dolor, menor necesidad de medicamentos, mayor posibilidad de descanso y sueño, reducción de los síntomas desagradables, así como estimulación del instinto de vida. Son algunos de los efectos positivos que han observado en sus pacientes.

Svetlana Tovstukha, música profesional de violonchelo.
Svetlana Tovstukha, música profesional de violonchelo.

Carla Navarro y María Martínez-Gil añaden: “Frente a una realidad de ansiedad y estrés, la música tiene un efecto calmante, da sosiego, paz, tranquilidad… Un bienestar que los pacientes agradecen mucho. “Salen fortalecidos de espíritu y manejan mejor lo emocional, porque están concentrados y abiertos a escuchar”. “Es un bienestar que produce tranquilidad y distracción”.

“La música es emoción”, dice la musicoterapeuta Conxita Bentz. El sentido del oído nos acompaña desde antes de nacer hasta la muerte, cuando el resto de nuestros sentidos dejan de funcionar. Además, siempre está activo, ya que no podemos desconectarlo a nuestro antojo. Para Juan Alberto García, fundador de Cultura en vena, “la música llega directamente al corazón y nos toca de una manera especial”.

Herramienta de empatía
La música abre canales de comunicación que no se abren de otras maneras. Para Pau Gimeno, profesor en la Universitat de Barcelona, “hay que hablar el idioma de las personas que están cuidando a las personas”. En el ámbito sanitario, “la música es una herramienta de personalización, de empatía” frente a la experiencia de la enfermedad, empezando por el paciente, pero también para el profesional sanitario. “Los profesionales que no son reacios a utilizarla se conmueven tanto o más”, asegura Javier Ruibal.

La música en los hospitales
Salvador Casado cuenta en su blog, La consulta del Dr. Casado, cómo siendo médico residente se le ocurrió meter un piano dentro de la sala de espera de su centro de salud. Por desgracia, a sus jefes no les gustó la idea. El panorama ha cambiado con los años, y poco a poco, la música gana su espacio en el sistema sanitario. Como bien quedó de manifiesto en el webinar Hablemos de música del Proyecto HU-CI, la música tiene cabida en los hospitales, donde puede cohabitar con la enfermedad y el sufrimiento.

Música en Vena fue pionera en llevar la música en vivo a los hospitales. Flamenco, clásico, brasilero… Músicos de todo el mundo han hecho conciertos aquí de todos los estilos. “Detrás de grandes músicos y artistas hay grandes corazones; se respira sensibilidad, y es algo hermosísimo”. Llevar la música y ver que produce estos efectos aporta algo maravilloso”, dice su presidenta, Virginia Castelló. Algunas de las actividades que organiza la asociación consisten en llevar la música a las habitaciones de los pacientes con movilidad reducida, ya sea con material informático o un músico que pasa por cada habitación. “Les damos melodías y pueden improvisar y componer la letra”, explica. También ofrecen micro-espectáculos para pacientes, familiares y personal sanitario en las salas de planta, y dan conciertos en el salón de actos o el hall de los hospitales, donde se ofrecen ciclos anuales y un gran espectáculo al año. “Aprendes tanto del hospital; es una lección de vida”, dice.“¡Es tan importante vivir el día a día, tenemos tanta suerte de respirar!”.

Juan Alberto García, cofundador de Música en Vena, puso en marcha el proyecto de los músicos internos residentes en el hospital 12 de Octubre de Madrid. “Hay un montón de intervenciones clínicas basadas en la música, terapéuticas o humanizadoras, que son necesarias en el ámbito de la salud, y con una demanda real”, asegura después de tres años de investigación clínica en los que se han medido los efectos secundarios de sus conciertos. “Creo que todo el mundo debe hacer investigación y medir lo que está haciendo, y a partir de ahí podremos entendernos”, asegura Gabi Heras, creador del Proyecto HU-CI.

Aunque el motor es la música, del objetivo de llevar la cultura al hospital nació Cultura en Vena, que usa la música con fines terapéuticos para generar evidencia, exponiendo al paciente a un hecho musical de alta calidad en vivo en un contexto clínico e investigador de la mano de médicos. Su fundador, Juan Alberto García, explica que se han producido casos de recuperación del habla tras ictus con sesiones de música.

Los límites de la musicoterapia
Por otro lado, si hablamos de los límites de la musicoterapia, Javier Alcántara considera que siempre “es bueno que el paciente sepa lo que está tomando y dé su consentimiento”. Él denuncia que “ahora hay muchas cosas que están de moda y son perjudiciales, también en el ámbito de la humanización, porque no puedes llegar a una persona mayor con Alzheimer y ponerle unos cascos, puesto que estás invadiendo su espacio, y a lo mejor a esta persona no le apetece escuchar música”. De la misma forma, “si entras a tocar en una UCI, hay que saber que aquí hay personas en un estado en el cual no pueden decidir. Por eso, “hay que controlar los espacios de música común, por si no es adecuada para algunos pacientes”, asegura el músico, que ha creado en Spotify una lista de música como terapia frente al coronavirus.

¿Qué dice la ciencia?
Una investigación publicada en el Journal of Neuroscience confirmó los beneficios de la música en nuestra capacidad cerebral. Entre otros, la rapidez con la que nuestro cerebro procesa el habla, una capacidad de respuesta cerebral mayor, que se traduce en un sistema auditivo más eficiente o una representación más fiel de los sonidos que se escuchan. Para valorar estos beneficios, los investigadores midieron cómo el cerebro procesa el sonido desarrollando un enfoque biológico, al evaluar la actividad eléctrica en el tronco cerebral auditivo de 44 adultos sanos, de edades entre los 55 y 76 años, cuando escuchaban una voz que decía la sílaba ‘da’. Según la autora del estudio, Nina Kraus, investigadora de la Northwestern University, en Estados Unidos, no basta con escuchar música, sino que hay que recibir educación musical desde niños. Independientemente del instrumento que se toque, lo importante es el sonido.

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