“Aparece una cultura distinta a la que teníamos”

Por Sonia Marqués Camps

Entender con más profundidad el momento que estamos viviendo nos lleva a buscar las voces en distintos ámbitos que son imprescindibles para este medio de comunicación. La psicóloga Carmen Durán es desde el inicio una de nuestros grandes referentes.

Se formó en psicoanálisis y en terapia Gestalt, y ha trabajado, hasta su reciente jubilación, en psicoterapia individual, de parejas y de grupos. Es además autora de libros, la mayoría publicados por Editorial Kairós, como Amor y dolor en la pareja, El sentimiento de culpa o La benevolencia, y coautora, junto con Antonio Catalán, de Eneagrama. Con la pandemia, y desde su jubilación, ha escrito algunos trabajos sobre elementos que han estado muy presentes, como el miedo, tema sobre el que tenía que versar el libro que estaba preparando antes de que la situación actual diera un vuelco al mundo tal y como lo conocíamos.

Crédito foto: Connie García. Editorial Kairós
Crédito foto: Connie García. Editorial Kairós

El miedo se ha incrustado en nuestra sociedad. ¿Hasta qué punto nos condiciona?
Se ha generado un miedo que, en ciertos casos, es hasta desorbitado. Porque aunque es verdad que esta enfermedad es muy complicada, cuando no sabemos cómo va actuar en cada persona, en el relato de la misma es como si las personas que la pasan bien no se tuvieran en cuenta, y sí las personas que lo pasan fatal o se mueren. Nos hablan de las personas ingresadas, pero no de todos los casos que hay, y que son muchísimos, que lo superan de forma rápida. Con ello no quiere decir que tengamos que confiarnos o no tomar las precauciones básicas, pero creo que hablar solo de las muertes o del daño tan grande que esto ocasiona lleva a un miedo que acaba desembocando muchas veces en crisis de pánico.

¿Qué consecuencias tiene este pánico en las personas mayores?
Para las personas mayores que encima están en soledad, y en algunos casos, en soledad absoluta, porque los hijos no se atreven a ir a verlas, por si les contagian, y los nietos, muchos menos, o porque ellas mismas no se atreven a salir, es casi inevitable que este miedo termine en depresión.

¿Cuánto tiempo se puede mantener este estado psicológico en esta población?
Estamos llegando al tope, aunque no tengo datos estadísticos para un análisis empírico. Sabemos que gente que vive sola empieza a manifestar una pérdida a nivel cognitivo. La involución intelectual lógica en estas edades se agrava por este sentimiento de miedo y soledad, y de obsesión, en muchos casos. La depresión no es buena compañera para la vida.

¿Qué repercusión tiene en la infancia?
Los niños aprenden del mundo de los mayores, y ahora mismo, este mundo lo que les enseña es miedo, control, distancia… Este es el mundo interno de los niños que se van creando ahora, y están apareciendo muchísimos trastornos de sueño y crisis de ansiedad más acentuadas que en otros momentos. Los niños de una edad temprana no entienden el mecanismo del contagio, la razón por la cual usamos mascarillas, etc.; en cambio, sí entienden las angustia de los padres, muchas veces, por el miedo a que se acerquen a los abuelos.

¿Aflora en ellos el sentimiento de culpa?
Yo creo que sí. Porque el mensaje es que si ellos hacen su vida y no tienen cuidado con los abuelos estos se pueden morir. Sé de casos de chicos que han contagiado a sus padres y han pasado momentos dificilísimos solo de pensar que esto puede conducir a la muerte de alguien tan querido. Es una situación muy difícil en el plano psicológico.

¿Cómo afecta a los jóvenes?
Los jóvenes, especialmente los que están muy mentalizados por el peligro que puede suponer a un familiar de riesgo, tienen que contradecir los valores de su generación, que son: amor , contacto, acercamiento, compartir. De alguna manera, ellos están defendiendo este mundo de valores que los mayores nos estamos cargando.

No puede ser muy sano.
No es muy sano que un chico de 16 años esté condenado a la soledad porque tiene miedo si sus padres están enfermos. Se están perdiendo, por lo menos, un año de su vida, que en edades como estas es muy trascendental. Y además, se les ha echado todo el mundo encima, cuando muchas veces son los padres los que han transmitido los virus a los abuelos.

¿Cuáles son las consecuencias psicológicas de lo que nos está ocurriendo?
Me ha cogido en una situación de jubilada, por lo que no he tenido ocasión de tratar casos dramáticos en consulta. Pero me he puesto las manos en la cabeza cuando he visto que encerraban o aislaban a los ancianos, impidiéndoles ver a sus familiares, y en cambio, no se hacían PCR a las personas cuidadoras que entraban en las residencias. Porque lo peor que pueden encontrar estas personas en este momento es la soledad.

El miedo tiene unas repercusiones en la sociedad.
Cuando te puede el miedo, te crees cualquier cosa que te asegure. El miedo lleva a buscar un salvador. Son los momentos las situaciones de crisis en los que los políticos hacen lo que les da la gana. Lo vimos en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial.

¿Repetimos estados emocionales a nivel social?
Ahí está el control de las personas, por razones de seguridad sanitaria, que todo lo justifica. Todo ello puede tener a este nivel unas consecuencias irreparables.

¿Cómo ve el futuro?
Predecir el futuro no es posible, aunque sabemos que va a depender en gran medida del tiempo que dure esta situación. Si se estabiliza, va a ser muy difícil recuperarse. Sabemos de personas mayores que no se recuperaron del momento social de la gripe de 1918, porque después, con la epidemia de polio, el trauma de la experiencia les llevó a no llevar a sus hijos al colegio y a impedirles el contacto social.
En psicología, se dice que bastan dos meses para cambiar hábitos anteriores. Por lo tanto, cuanto más se alargue la pandemia, más difícil será volver a lo de antes.

Portada del libro “La benevolencia”, publicado por Editorial Kairós.
Portada del libro “La benevolencia”, publicado por Editorial Kairós.

En su libro La benevolencia, una de las ideas es el crecimiento personal como objetivo de vida. ¿Nos servirá la pandemia para ello?
Cualquier crisis puede ser de estancamiento o de crecimiento. Que ocurra lo segundo no lo veo muy claro. Vimos en las crisis mundiales anteriores que no han producido mejores personas. Nadie en la Europa de los años 20 podía pensar, tras la Primera Guerra Mundial, que se podía repetir una situación como la que se había vivido y que la gente se pudiera dejar engañar o no ver las cosas como realmente eran. Creo que esto tiene unas consecuencias que se van a notar en el futuro, para una cultura mejor o peor, pero no va a haber un retroceso a lo anterior. Porque va apareciendo una cultura que es distinta a lo que teníamos.

Aun jubilada, no ha dejado de escribir y de analizar las cosas desde su ámbito de la psicología.  
La psicología para mí es una forma de vida, que tiene que ver con el autoconocimiento, el conocimiento y la comprensión de los demás. Una apertura a la benevolencia, en definitiva.

Tenía pendiente un libro sobre el miedo. ¿Sigue adelante este proyecto?
No lo sé, porque el miedo se ha transformado en algo tan real y tan cotidiano, que es difícil hacer extracción de los acontecimientos para escribir sobre ello. Sé que seguiré escribiendo cositas sueltas.

Estos son dos de sus textos recientes, que tuvimos el honor de poder subir a nuestra página:

El miedo y su manipulación

El amor en los tiempos de covid

Y el podcast de la entrevista

 

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