Admirar un paisaje, cualquier paisaje…
Quien quiere a un paisaje quiere a todos los paisajes. Admirar un paisaje es situarse con armonía en él sin posesión, solo con admiración; anhelando recorrer, abarcar con la vista y con todos los sentidos, su inmensidad; la inmensidad que le lleva a otro paisaje.
La inmensidad del paisaje, fruto también de la variedad y la conjunción de paisajes. En la admiración del paisaje de forma universal es desde donde debería estar fundamentado el amor por la porción de naturaleza de la que procedemos o habitamos.
Proteger un paisaje y el de más allá. Y el derecho a contemplarlo, como único derecho sobre él que tenemos. Y el derecho, afortunadamente, de poder contemplar y disfrutar de la inmensidad de cualquier paisaje.
Si se detuvieran a mirar un paisaje, si supieran detenerse a mirar de verdad un paisaje, se dejarían de fronteras y anhelarían contemplar también el de varios kilómetros más allá.
Comentarios
Los paisajes, una realidad física, objetiva de la naturaleza de nuestra amada tierra, inspiración de los poetas, una visión de lo puro, lo bello, lo estético.
Así es. Gracias por este comentario con sentimiento a modo de poesía.